Científicos alertan sobre alta presencia de nanopartículas de plástico en la atmósfera
Según un estudio reciente, algunas nanopartículas viajan más de 2.000 kilómetros por el aire, y de acuerdo a las cifras de las mediciones, alrededor de 43 billones de partículas de plástico en miniatura aterrizan en Suiza cada año, aunque los investigadores aún no han conseguido definir el número exacto.
El estudio llevado a cabo por Dominik Brunner del Laboratorio Federal Suizo de Ciencia y Tecnología (EMPA), junto con investigadores de la Universidad de Utrecht y del Instituto Central de Meteorología y Geofísica de Austria, indica que podrían ser hasta 3.000 toneladas de nanoplásticos las que cubren Suiza cada año.
La propagación de los nanoplásticos a través del aire sigue siendo en gran medida un terreno inexplorado, aunque el resultado de la investigación de Brunner, publicado en Science Direct, es el registro más preciso de dicha contaminación atmosférica que se ha realizado.
Para contar las partículas de plástico, Brunner y sus colegas han desarrollado un método químico que determina la contaminación de las muestras con un espectrómetro de masas.
«Nuestro método de detección es un poco como una nariz mecánica que inesperadamente olió plásticos quemados en las muestras de nieve, y con este método de detección, somos el primer grupo que cuantifica los nanoplásticos en el medio ambiente. Dado que los Alpes son una zona muy remota y prístina, nos sorprendió bastante encontrar una concentración tan alta allí»
Dusan Materic, investigador principal de la Universidad de Utrecht.
Estudios a gran altitud
Los científicos estudiaron una pequeña zona a 3.106 metros de altitud en la cima de la montaña Hoher Sonnenblick, en el Parque Nacional «Hohe Tauern» de Austria, donde se encuentra, desde 1886, un observatorio del Instituto Central de Meteorología y Geodinámica.
Cada día, los investigadores retiraban a las 8 de la mañana una parte de la capa superior de nieve alrededor de un marcador y la almacenaban cuidadosamente, para luego revisar las muestras en búsqueda de nanoplásticos o nanopartículas presentes en el aire, o incluso la ropa. En ocasiones permanecían inmóviles cuando alguno manipulaba una muestra abierta.
El origen de las diminutas partículas se rastreó con la ayuda de los datos meteorológicos y del viento en Europa, pudiendo demostrar que la mayor emisión de nanoplásticos a la atmósfera se produce en zonas urbanas densamente pobladas.
Alrededor del 30% de las partículas de nanoplásticos medidas en la cima de la montaña se originan en un radio de 200 kilómetros, principalmente en las ciudades, aunque parece que los plásticos de los océanos también llegan al aire a través del rocío de las olas.
Un dato importante en la publicación es que aproximadamente el 10% de las partículas medidas en el estudio han sido arrastradas a la montaña por el viento y el clima a lo largo de 2.000 kilómetros, incluso algunas de ellas procedentes del Océano Atlántico.
Algunos datos sobre las nanopartículas
Se calcula que hasta la fecha se han producido más de 8.300 millones de toneladas de plástico en todo el mundo, de las que aproximadamente el 60% son residuos, que terminan erosionados por la intemperie y la abrasión mecánica.
El plástico desechado no es la única fuente de las nanopartículas, ya que el uso cotidiano de productos, como envases y la ropa, los libera, y al ser partículas ligeras, su movimiento en el aire puede compararse con el de los gases. Hay todo tipo de partículas diminutas, desde la arena del Sáhara hasta las pastillas de freno de vehículos.
Todavía no está claro si este tipo de contaminación del aire supone una amenaza para la salud de los seres humanos, lo que sí se sabe es que las nanopartículas, a diferencia de las micropartículas, no acaban en el estómago, sino que se aspiran hacia el interior de los pulmones a través de la respiración.
Si desea acceder a la investigación publicada por el equipo liderado por Dominik Brunner, haga clic aquí
También te puede interesar: Coalición de empresas exhorta a la ONU a regular utilización del plástico
Redacción | Antonio Vilela