Cambio climático obliga a utilizar nieve artificial en los Juegos Olímpicos de Invierno

Como en todos los ámbitos de la sociedad, el deporte no está exento de los embates del cambio climático, preocupante flagelo que amenaza con el bienestar de la humanidad y los recursos naturales. Ello se evidencia en el último informe presentado por la Agencia Espacial de Estados Unidos, donde se reveló que el 2021 fue uno de los años más calurosos de la historia.

Con este panorama se efectuarán del 4 al 20 de febrero en Beijing, China, los Juegos Olímpicos de invierno, cuyos escenarios, en su mayoría, tuvieron que ser preparados con nieve artificial ante las altas temperaturas.

En los últimos meses se ha informado que serían necesarios unos 186 mil metros cúbicos de agua para producir suficiente nieve para las pistas olímpicas. Sin embargo, especialistas consideran que esa cifra no es suficiente y advierten que la cantidad que se está utilizando es mayor.

Contenido relacionado: China necesita 12,5 billones de dólares de inversión para lograr la neutralidad del carbono

Estos datos son aún más dramáticos si se toma en cuenta que Pekín, situada en una región con escasez de agua durante todo el año, depende cada vez más del bombeo de suministros desde el sur de China, propenso a las inundaciones, mientras que los recursos hídricos per cápita de la provincia de Zhangjiakou son menos de una quinta parte de la media nacional.

Preocupación de los atletas

El esquiador estadounidense, River Radamus, declaró al medio alemán DW en la previa de la competición que disputar el evento sobre nieve artificial en es otra señal de advertencia de lo que está pasando en el mundo, y de lo que depara el futuro.

Por su parte, la también esquiadora norteamericana, Jessie Diggins dijo a la agencia AP: “Creo que se está volviendo un poco más peligroso, y me he dado cuenta de que, en la Copa del Mundo, cuando se trata de nieve artificial, da miedo porque en lugar de deslizarse por la nieve, se desliza por el hielo”. Considero que estamos viendo un mayor porcentaje de caídas y que ahora es un poco más peligroso”.

Peligra el futuro

Según un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores dirigido por la Universidad de Waterloo, Canadá, de las 21 ciudades donde se han realizado los Juegos Olímpicos de invierno, solo una estaría en condiciones para albergar la cita en las próximas décadas si se mantienen los preocupantes números de calentamiento global.

“Si las emisiones globales de gases de efecto invernadero no se reducen drásticamente, a finales de este siglo solo una de las 21 ciudades que han albergado hasta ahora los juegos olímpicos de invierno podría volver a ser sedes olímpicas con condiciones justas y seguras para los deportistas”, enfatiza la investigación.

La gestión de riesgos climáticos es cada vez más importante, ya que la temperatura diurna promedio de febrero de las ciudades anfitrionas ha aumentado constantemente: de 0,4 °C en los juegos celebrados en las décadas de 1920 y 1950, a 3,1 °C en los juegos durante las décadas de 1960 a 1990, y 6,3 °C en los juegos celebrados en el siglo XXI.

Los científicos indican que está previsto un calentamiento adicional del siglo XXI de entre  2 °C y 4,4 °C, dependiendo de los modelos y la evolución real en las emisiones de gases de efecto invernadero.

Una luz al final del túnel

A pesar de los preocupantes datos que se publican en el estudio realizado por los investigadores de Waterloo, también queda una pizca de optimismo. Destacan que si los líderes mundiales consiguen poner en práctica las directrices marcadas en el Acuerdo de París, en especial la de no superar los 1,5 ºC de aumento de temperaturas, el número de sedes históricas que podrían volver a recibir los juegos de invierno pasaría a ser de ocho.

Redacción I Jhonattan González

Publicaciones Similares