Cambio climático podría costarle dos billones al año a la economía estadounidense
En 2020, un informe federal advirtió los efectos que podía tener el cambio climático en el sistema financiero de Estados Unidos, por lo cual, se realizó una solicitud al Congreso para imponer un costo sobre el carbono e instó a los reguladores financieros a trabajar de manera más urgente y decisiva para comprender y mitigar el daño económico que se cierne debido al calentamiento global.
En ese entonces, la publicación alertaba que si no se tomaban medidas significativas para controlar el aumento de las temperaturas globales promedio, los impactos del cambio climático podrían dañar la capacidad productiva de la economía y socavar su habilidad de generar empleo, ingresos y oportunidades.
Tras casi dos años de que fue emitido el informe, la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca publicó su primera evaluación del impacto del calentamiento global en los gastos del gobierno.
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Los riesgos del cambio climático para la economía estadounidense serán inmensos, pues podrían costar a los ingresos federales cerca de dos billones de dólares al año para finales de este siglo.
Sectores golpeados
De acuerdo con la OMB, los costos específicos incluirían las subvenciones a los seguros de cosechas, que se prevé aumenten entre un 3,5 % y un 22 % anual como consecuencia de las pérdidas de sembrados a gran escala.
Asimismo, la mayor frecuencia de los huracanes podría suponer hasta 94 mil millones de dólares de gasto anual en respuesta a las catástrofes costeras para finales de siglo.
La institución agregó que, con una subida del nivel del mar estimada de tres metros en las próximas décadas, el costo de sustitución de más de 12 mil edificios federales ascendería a más de 43 mil 700 millones de dólares.
Planes gubernamentales
Para hacer frente a los riesgos económicos que supone el cambio climático para la economía estadounidense, el reporte institucional hace un llamado a que se apliquen varias de las prioridades señaladas en el presupuesto del presidente Joe Biden para el año fiscal 2023.
En el programa impulsado por el gobierno demócrata se incluyen más de siete mil millones de dólares para reducir las emisiones del sector energético y cerca de cinco mil millones destinados a la transición del sector del transporte hacia las energías renovables.
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Expertos aseguran que es casi imposible que el Congreso apruebe las cifras solicitadas en el plan de Biden, pero evidencia las prioridades de la Casa Blanca, que ya anunciado varias medidas para llevar a cabo la transición energética que desplace a los combustibles fósiles.
Las OMB concluyó que inversiones tempranas para hacer frente a la crisis climática reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero, bajarán los precios de las energías limpias y harán que Estados Unidos sea más resistente al cambio.
Redacción I Jhonattan González