Air Company: Una «start-up» que fabrica vodka y perfumes a partir de emisiones de CO2
La empresa estadounidense Air Company es la encargada de producir el Air Vodka a partir de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), concretamente del dióxido de carbono capturado, producto que forma parte de un amplio catálogo sostenible que incluye perfumes y desinfectantes.
La empresa afirma que es líder mundial en tecnología del carbono que crea alcoholes y productos de consumo de carbono negativo a partir del CO2, y anunció recientemente que ha conseguido 30 millones de dólares en financiación de serie A, según reseña CNBC.
Carbon Direct Capital Management dirigió la ronda de inversión, con la participación de Toyota Ventures, JetBlue Technology Ventures y Parley for the Oceans, donde Air Company logró alcanzar una financiación acumulada que supera los 40 millones de dólares.
La empresa tiene previsto utilizar este nuevo capital de crecimiento para aumentar su producción de alcohol derivado del CO2 con la construcción de la tercera instalación que albergará un nuevo sistema de utilización de carbono a escala comercial, el mayor hasta la fecha.
«La catástrofe climática es algo que ocurre desde hace décadas. Espero que lo que estamos haciendo ahora pueda inspirar a otros a salir y tratar de incitar el cambio, y usar soluciones tecnológicas para ayudar a tratar de revertir el calentamiento global», dijo Gregory Constantine, director general y cofundador de Air Company.
«Proporcionamos una gama muy atractiva de productos hechos con carbono capturado y trabajamos con las empresas para integrar nuestra tecnología en sus industrias, maximizando la cantidad de CO2 que podemos utilizar cada año», explica Constantine.
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CO2 + agua
Destilar alcohol a la antigua usanza no solo libera emisiones, sino que utiliza mucha agua: unos 35 litros de agua para hacer un litro de destilado. El Air Vodka está hecho de solo dos ingredientes, CO2 y agua.
Se separa el hidrógeno del agua mediante electrólisis, liberando el oxígeno, para luego introducir el hidrógeno en un sistema de reactor de conversión de carbono con el CO2 capturado. Allí se crea etanol que, combinado con agua, se convierte en un tipo de vodka. Y todo lo realizan en sus instalaciones.
«Nuestros volúmenes son relativamente bajos comparados con los de un fabricante tradicional, pero la razón principal por la que hacemos instalaciones propias es porque queremos limitar la cantidad de transporte que tenemos con nuestros productos. De ahí viene la mayor fuente de emisiones de carbono: el transporte», indicó Constantine.
«Hasta que no lleguemos a una escala verdaderamente masiva, vamos a intentar limitar la cantidad de transporte que se produce haciéndolo todo nosotros. Y además, todas nuestras instalaciones funcionan con energía renovable, así que esa es una razón importante por la que podemos mitigar las emisiones.»
El proceso científico de los laboratorios de Air Company es valioso para el medio ambiente, pero los resultados no son baratos: El vodka de esta empresa de tres años de antigüedad es una marca de lujo, que cuesta 65 dólares por botella, aunque ha recibido elogios, según CNBC.
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Redacción | Antonio Vilela