La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) publicó recientemente el informe «El hidrógeno en América Latina: De las oportunidades a corto plazo al despliegue a gran escala«, el cual sostiene que el hidrógeno bajo en carbono, podría beneficiar a la economía latinoamericana si se le dan las oportunidades adecuadas.
«La próxima década será crucial para el hidrógeno bajo en carbono en América Latina. Se puede hacer mucho hoy para desarrollar y demostrar las tecnologías emergentes, y preparar el terreno para su futura ampliación», dice el informe de la AIE.
El reporte establece dos casos para el crecimiento del hidrógeno en la región: un «caso-base» y un «caso-acelerado» (con un pronóstico de crecimiento más optimista).
El «caso-base» muestra un aumento de la demanda del 52%, alcanzando las 6,2 millones de toneladas métricas ™ para 2030. Según la AIE, la solicitud regional de hidrógeno ascendió a 4,1 millones de toneladas en 2019, es decir, alrededor del 5% de la demanda mundial.
Casi todo su crecimiento se produciría en tecnologías y procesos existentes, concretamente en el sector del refinado de petróleo. La producción de amoníaco también crecería más del 50%, gracias a la demanda de Brasil y México.
En el «caso-acelerado», la demanda aumentaría 67%, hasta los 6,8 millones de toneladas, impulsada por nuevas aplicaciones en el transporte y la industria, así como por un ‘rápido despliegue de infraestructuras habilitadoras’, relacionado a las estaciones de recarga para vehículos eléctricos, cuyas baterías pueden funcionar con pilas de combustible de hidrógeno.
Las nuevas aplicaciones en la industria y el transporte representan casi el 18% de la demanda total de hidrógeno durante el periodo de previsión del «caso-acelerado».
El informe además señala que esta fuente de demanda dependerá del desarrollo e instalación de tipos de hidrógeno que «no están tecnológicamente maduros» por ahora, como el hidrógeno verde producido por electrólisis con energía renovable.
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La AIE indica que casi el 90% de la industria se encuentra en cinco países, siendo Chile el de mayores avances y que aspira a convertirse en una potencia, con el objetivo específico de producir el hidrógeno verde más barato del mundo en 2030 y ser uno de los tres primeros exportadores en 2040.
La demanda también está muy concentrada. Trinidad y Tobago, por ejemplo, representó el 40% de la solicitud total de hidrógeno de la región en 2019. En la industria del acero, Brasil y México representaron juntos el 80% de toda la producción regional; lo que los convierte en una importante fuente de recepción de hidrógeno, actual y futura.
Según el informe, las instalaciones de hidrógeno existentes en la región podrían beneficiarse de la readaptación con tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, como en las plantas de amoníaco y las grandes refinerías de crudo.
Foco en la exportación
Etienne Gabel, director senior del equipo de gas, energía y renovables de América Latina de IHS Markit, destacó la importancia del hidrógeno para la exportación de América Latina a otras partes del mundo.
«Las ambiciones de la región en materia de hidrógeno giran en gran medida en torno a las exportaciones: América Latina aspira a ser un centro de negocios mundial», expresó Gabel.
«Ciertamente, esto sigue siendo la carrera de cualquiera»
Etienne Gabel – IHS Markit
Los países latinoamericanos tendrán que ser capaces de competir con los futuros suministros de hidrógeno procedentes de lugares como el Medio Oriente y el norte de África, así como de Australia en los futuros centros de demanda previstos en Europa y Asia.
Gabel afirmó que queda mucho por hacer en el desarrollo del hidrógeno en la región, pero sin ver claramente qué países tienen más posibilidades de beneficiarse.
Con información de AIE e IHS Markit
Redacción | Antonio Vilela