Santander impulsa la reforestación de la Amazonía brasileña

La Amazonía figura como uno de los pulmones vegetales más importantes del mundo, esencial para la captura de dióxido de carbono, con una extensión que abarca varios países de Latinoamérica, siendo Brasil su principal inquilino.

Entendiendo su importancia, mientras mayor sea la cantidad de empresas u organizaciones que trabajen en pro de su protección y conservación, mayor será el beneficio, por lo que el Banco Santander destaca como una de las instituciones con huella activa en proyectos de reforestación de la Amazonía brasileña.

La entidad financiera está comprometida desde hace varios años con la protección de este pulmón vegetal en el área de la nación amazónica, además de contribuir en el desarrollo de prácticas sostenibles por medio de gestión de riesgos medioambientales con clientes que operan en la Amazonía, principalmente agricultores y ganaderos.

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Proyectos

Desde el mes de diciembre, el Banco Santander se convirtió en el primer banco en formar parte de la iniciativa Innovative Finance for the Amazon, Cerrado and Chaco (IFACC), que cuenta con el apoyo de The Nature Conservancy, Tropical Forest Alliance, el Foro Económico Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEPFI).

De esta manera, la institución financiera entiende que la bioeconomía tiene gran potencial para dar un giro a la tendencia de la deforestación, incrementar el valor de los bosques, crear fuentes de trabajo, ingresos y desarrollo, y para ello, en noviembre de 2022, lanzó la plataforma Amazon Journey.

Dicha plataforma está preparada para movilizar a 20.000 profesionales cualificados de la región con formación en materia de bioeconomía, innovación y emprendimiento, siendo una de las acciones realizadas por Santander en pro de la Amazonía, sumándose a la creación de la empresa Biomas (junto a Vale, Marfrig, Suzano, Itaú y Rabobank) revelada en la COP27, la cual busca plantar 2.000 millones de árboles autóctonos que protegerán y recuperarán 4 millones de hectáreas en Brasil durante las próximas dos décadas.

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