Nuevo estudio: La captura de carbono puede reducir considerablemente las emisiones a un muy bajo costo
El uso de la captura y almacenamiento de carbono (CCS, por sus siglas en inglés) en instalaciones industriales puede dar lugar a importantes reducciones de CO2 con un costo mínimo para el público en general, según un recienteestudiodel SINTEF Energy Research de Noruega y la Universidad Tecnológica de Delft (TU Delft), en los Países Bajos.
El estudio titulado “Is CCS really so expensive? An analysis of cascading costs and CO2 emission reduction of industrial CCS implementation on the construction of a bridge” fue publicado enEnvironmental Science and Technology.
Dicha investigación examina cómo la CCS aplicada a la producción de acero y cemento habría repercutido en el costo del puente Lake Pontchartrain Causeway de Luisiana, EE.UU., el puente de vigas sobre agua continua más largo del mundo, que consta de 225.000 m3 de hormigón y 24.209 toneladas de acero.
La CCS ha sido criticada durante mucho tiempo por ser demasiado cara, pero aunque muchos estudios ya han investigado su impacto en plantas industriales, no han examinado su impacto en el usuario final.
Según los investigadores, se trata de una «laguna importante», ya que la mayoría de las personas no compra materias primas como cemento o acero, sino productos que utilizan cemento y acero para su fabricación, como casas o puentes.
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Reducciones significativas
En el caso revisado, el uso de CCS supuso inicialmente un aumento sustancial del costo de las materias primas: 60% para el cemento y 13% para el acero laminado en caliente.
Pero como el cemento y el acero laminado en caliente solo representan una parte del costo de construcción del puente, el aumento global del costo causado por CCS sería de aproximadamente el 1%, que podría haber reducido las emisiones de CO2 asociadas a la construcción del puente en 51%.
El costo adicional de CCS podría cubrirse fácilmente con un pequeño aumento de los peajes que ya pagan los usuarios de la carretera para acceder al puente, sugieren los investigadores.
La reducción del 51% de las emisiones es significativa, si se tiene en cuenta que las industrias cementera y siderúrgica representan juntas aproximadamente el 15% de las emisiones mundiales de CO2, añaden.
«Este estudio demuestra claramente que debe aplicarse un enfoque holístico a la hora de evaluar el coste de la CCS frente a la reducción de emisiones, no solo a nivel de componentes y materiales, sino en su conjunto», señala Nils Røkke, vicepresidente ejecutivo de sostenibilidad de SINTEF.
«Esto debería animar a los promotores de infraestructuras y a los compradores públicos a solicitar materiales de bajas emisiones en las licitaciones y a utilizarlos como referencia para el comportamiento medioambiental de las nuevas construcciones», añadió el ejecutivo.
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