Jardineros logran elaborar huertos urbanos en lugares poco comunes
Un grupo de «jardineros de ciudad» ha conseguido una forma de recalar en la elaboración de huertos urbanos, en localizaciones en las que resultaría poco probable poder construir este tipo de pequeños centros de cultivo.
Este trabajo lleva años existiendo en Washington D.C., Estados Unidos, liderado por Meredith Sheperd, diseñadora de jardines urbanos y fundadora de Love and Carrots, quien elabora una visión que va más allá de encontrarse con un lugar que apenas puede servir para algo desde la perspectiva de otros, pero para ella son micro sectores de grandes oportunidades.
«En general, no tenemos accesos a grandes espacios abiertos. Lo que tenemos son las sobras, desde pequeños patios laterales, breves sectores de pasto entre la calle y la acera», afirma Sheperd. «Ahora, mi trabajo es transformar estos pedazos de tierra en espacios comestibles que están produciendo alimentos para las familias», prosiguió.
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Cultivar los alimentos en casa trae cualquier cantidad de beneficios, no solo para los miembros de la familia sino para el planeta. Al ser tratados por la propia persona se «asegura» que no posea sustancias que alteren su composición y que puedan ser nocivas para la salud, y en segundo lugar, partiendo de este mismo principio evitan el esparcimiento de químicos utilizados en la industria del cultivo que perjudican al ambiente.
Por otro lado, un huerto trae consigo un suelo más rico con flores que fomentan un ecosistema más verde, limpio y saludable. Además, juegan un papel fundamental tras crear un impacto visual agradable con cultivos verdes, dando un toque de naturaleza a sitios urbanos donde cada vez existen menos arboles.
«Esto es lo más urbano posible, agitado, ruidoso y abarrotado, pero este jardín es una especie de secreto en nuestro techo. Llegar aquí y ver lo que creció día a día es una gran sorpresa y me da mucha alegría, es difícil explicarlo», afirma Marlana Kain, propietaria de un jardín en su techo con gran diversidad de cultivos.