Inauguran primera biorrefinería de carbono negativo de Europa
Ministros y funcionarios de la Unión Europea inauguraron recientemente una biorrefinería en Estambul, Turquía, que convertirá las algas en combustible para aviones y que ha sido presentada como la primera y única biorrefinería de carbono negativo de Europa que cuenta con el respaldo de la Unión Europea.
Se pudo conocer que con esta instalación, que capturará 1.200 toneladas de dióxido de carbono al año, el país europeo pretende reducir el uso de recursos fósiles y no renovables para satisfacer sus necesidades energéticas en un momento de crisis climática.
El complejo se encuentra dentro del campus de la Universidad de Boğaziçi y utilizará materia prima de las algas que se cultivan en una granja marina en el Mar Negro adyacente al complejo, mientras que todo el procesamiento se realiza in situ.
Extendiéndose en un espacio de investigación y desarrollo de 2500 metros cuadrados dentro del campus, la refinería utiliza algas cultivadas en reactores y piscinas para fabricar biocombustibles, suplementos alimenticios, alimentos para animales y biofertilizantes orgánicos.
La estructura cuenta con una unidad de filtración y pasteurización; una unidad de desalinización, y un digestor anaeróbico. Además del biocombustible, puede transformar las algas en suplementos alimenticios, productos farmacéuticos y alimentos para animales. Los subproductos pueden convertirse en biofertilizantes y biogás.
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«Proyecto Independent»
La biorrefinería es parte del «Concepto Integrado de Biorrefinería para el Desarrollo Impulsado por la Bioeconomía» (llamado «Independent») que busca el crecimiento de tecnologías y producciones innovadoras y respetuosas con el medio ambiente.
El «Proyecto Independent» tiene un presupuesto de 6,8 millones de dólares y la Unión Europea cubre el 85% del proyecto, según la Agencia Anadolu, mientras que el resto lo cubre el Ministerio de Industria y Tecnología bajo su programa «Sectores Competitivos».
Dicho programa, financiado conjuntamente por Turquía y la Unión Europea, implica el apoyo al desarrollo económico mediante el empoderamiento de la infraestructura de investigación, así como el impulso a las pequeñas y medianas empresas (PYMES).
“Cambiar a una estructura donde todos los recursos, principalmente la energía, se utilicen de manera eficiente, los desechos se minimicen y reciclen, y no existan huellas de carbono es una obligación para nosotros. Mostramos nuestra determinación en este camino al ratificar el Acuerdo de París”, afirmó el ministro de Industria y Tecnología de Turquía, Mustafa Varank.
El ministro destacó que los biocombustibles son una alternativa seria para Turquía, que depende de las importaciones de energía. “Se está trabajando en el uso de biocombustibles producidos aquí por Turkish Airlines (THY). Queremos que la aerolínea realice su primer vuelo con biocombustible antes de que finalice 2022”, dijo Varank.
La biorrefinería dependerá completamente de la energía eólica para sus necesidades eléctricas.
El grupo de expertos del Centro de Estudios de Economía y Política Exterior identificó las importaciones de combustibles fósiles como la mayor vulnerabilidad de Turquía durante la década de 2010, de acuerdo a nota difundida en Biomarkets Insight.
Redacción | Antonio Vilela