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Corporación Financiera Internacional destacó avances en taxonomía verde de Colombia

En 2015, Colombia firmó el Acuerdo de París sobre el cambio climático, estableciendo su compromiso de elaborar una taxonomía verde que impulse las industrias alternativas y producción para el año 2030.

La Taxonomía Verde de Colombia es un sistema de clasificación de actividades económicas y activos que contribuyen al logro de los objetivos y compromisos ambientales del país.

Incorpora un conjunto de definiciones orientadas a apoyar a diferentes actores del sector público y privado, tales como emisores de bonos, inversionistas, instituciones financieras, entidades públicas, entre otros, en la identificación y evaluación de inversiones que pueden cumplir con objetivos ambientales y que pueden ser consideradas como verdes o ambientalmente sostenibles.

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El país se ha propuesto para la próxima década, aumentar los objetivos de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del 20 al 51 %, una de las metas más ambiciosas de América Latina y el Caribe.

En ese sentido, la Corporación Financiera Internacional (IFC), miembro del Grupo Banco Mundial, presentó los avances de la Taxonomía Verde Colombia, respaldada por el Climate Bonds Initiative, organización internacional que trabaja para movilizar capital global hacia acciones climáticas, y de la Red de Banca y Finanzas Sostenibles (SBFN), que es una plataforma única de reguladores y asociaciones bancarias interesadas en promover prácticas de banca sostenible bajo la coordinación de la IFC.

Trabajo articulado

La primera fase de esta iniciativa da sus primeros frutos con el apoyo del Ministerio de Hacienda y Crédito Público junto a la Superintendencia Financiera de Colombia. Estas instituciones se han encargado de identificar proyectos con objetivos ambientales, desarrollar los mercados de capitales verdes e impulsar la movilización efectiva de recursos privados y públicos hacia inversiones que permitan cumplir con los compromisos del país, priorizados en el Plan Nacional de Desarrollo, el Convenio Marco de Diversidad Biológica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre otros.

“El cambio climático es el desafío crucial de nuestro tiempo, y el mundo debe aumentar rápidamente la financiación para inversiones sostenibles. Las pautas que brindan claridad a los inversionistas, como la Taxonomía Verde de Colombia, son un componente crucial de ese esfuerzo”, declaró Makhtar Diop, director gerente y vicepresidente Ejecutivo de la IFC.

Considera que las finanzas verdes, basadas en estándares verificables, son clave para impulsar el cambio, por lo cual están satisfechos de trabajar con Colombia en el establecimiento de estándares ambientales sólidos referentes para la región.

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Por su parte, el superintendente financiero de Colombia, Jorge Castaño Gutiérrez, subrayó que los avances en los planes ambientales son el resultado de una labor en conjunto.

“Esta taxonomía es, sin duda, un ejemplo de nuestro compromiso con las finanzas verdes y el instrumento para que la industria aproveche una oportunidad sin precedentes para redefinir la forma en la que las finanzas persiguen objetivos más amplios y metas más ambiciosas en la construcción de una sociedad más verde e inclusiva”, añadió.

Sobre la IFC

La lucha contra el cambio climático es una parte importante del trabajo de la Corporación Financiera Internacional. A partir de 2021, la institución había comprometido $ 9 mil millones para proyectos relacionados con el clima en todo el mundo en desarrollo mientras respaldaba a sus clientes para construir carteras de financiamiento climático por valor de $ 28 mil millones.

 Estas inversiones han ayudado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en más de 100 millones de toneladas, el equivalente a sacar de circulación aproximadamente 20 millones de automóviles.

En ese sentido, la IFC es una de las mayores instituciones para el desarrollo a escala global, focalizada en el sector privado en países no desarrollados. Promueve avances económicos y mejora las vidas de las personas al incentivar el crecimiento.

Para lograr esos objetivos, la IFC se encarga de la creación de nuevos mercados, movilizando otros inversionistas y compartiendo su experiencia. Estas actividades generan puestos de trabajo y mejoran los niveles de vida, especialmente de las personas pobres y vulnerables. Apoyan las dos metas del Grupo Banco Mundial de erradicar la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida.

Redacción I Jhonattan González

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