AIMPLAS trabaja en desarrollar alternativas sostenibles para envases PET
El Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) ha revelado que trabaja actualmente en la elaboración de alternativas sostenibles para los envases PET (polietileno de tereftalato), uno de los plásticos más utilizados en el sector de los poliésteres, el cual ofrece versatilidad, flexibilidad y ligereza, pero su origen fósil lo convierte en un factor contaminante.
Por ello, se ha puesto en marcha el proyecto FURENPOL con la finalidad de ejecutar la síntesis y reciclado enzimático de polímeros. Dicho proceso mejorará considerablemente el sector de la industria, y el medio ambiente gracias al uso de enzimas y bioprocesos optimizados para la biosíntesis y despolimerización de estos bioplásticos.
De esta manera, AIMPLAS trabaja en el desarrollo de esta alternativa, en colaboración con el CSIC (grupo de Biotecnología para la Biomasa Lignocelulósica del CIB), quien aporta experiencia en enzimas industriales, además de figurar como coordinador del proyecto.
Además, participan el BSC (Centro Nacional de Supercomputación), la UAB (departamento de Ingeniería Química, Biológica y Ambiental, y Planta Piloto), encargado de optimizar la producción de enzimas y las reacciones clave, junto con la empresa NBD (NostrumBioDiscovery), quien coloca sobre la mesa toda su experiencia en el diseño de proteínas para uso comercial y valorización de la biotecnología.
AIMPLAS asegura en su comunicado que este proceso denominado biocatálisis enzimática puede contribuir a la viabilidad de los bioplásticos con la aplicación de tecnologías de última generación para la síntesis y reciclado, dando origen a su aplicación en PEF (plásticos reciclables) y otros polímeros furánicos. Aunque, el instituto indica que a pesar de su gran potencial, no son óptimas para oxidar o hidrolizar compuestos de tipo plástico.
Contenido relacionado:AIMPLAS produce bioplásticos biodegradables que mejoran la valorización de residuos
PEF al detalle
El PEF figura como un poliéster aromático que puede extraerse a partir de fuentes 100% renovables, como la biomasa, de la cual se puede obtener HMF (5-hidroximetilfurfural), que mediante el uso de enzimas puede transformarse en FDCA (ácido-2,5-furandicarboxilico) precursor del PEF.
Una de sus ventajas, además de ser sostenible, es que tiene la facilidad de procesarse de forma similar a los plásticos PET, presentando propiedades mejoradas, entre las que destacan mejor resistencia al calor o mayor resistencia a la migración de oxígeno, haciendo de este materia prima un material óptimo para el sector del empaque.