Sonido del hielo glacial rompiéndose es utilizado para analizar el cambio climático
Con el pasar de los años, el hielo glaciar y del Ártico se derriten a un ritmo desmedido, generando un aumento considerable en la temperatura ambiental, así como la elevación en los niveles del mar. Este panorama es seguido por decenas de científicos que estudian su comportamiento.
Uno de esos investigadores es Ugo Nanni, de la Universidad de Oslo, quien ha optado por realizar una práctica diferente al resto, es decir, es lugar de recolectar fragmentos de hielo, ha recurrido al estudio del sonido que se genera a raíz de la rotura o desprendimiento del mismo con el objetivo de interpretar la información obtenida.
Los sonidos que emite el hielo rompiéndose son grabados por medio de un sismómetro, los cuales son procesados y convertidos en frecuencias audibles. Cuando el hielo se quiebra, internamente genera vibraciones que son captadas por el dispositivo, brindando información que puede ayudar a disminuir el avance desmedido del derretimiento de glaciares, como en Groenlandia o la Antártida.
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Entender qué sucede realmente ha sido un reto para la comunidad científica, pero más allá de ello, encontrar soluciones es el objetivo principal de todas las teorías y prácticas manejadas hasta el momento. Si bien para algunos puede que el sonido no transmita nada, para Nanni sí.
En marzo del presente año, un estudio llevado a cabo por investigadores italianos, posteriormente publicado en la revista Earth’s Future, aseveró que el sonido viaja más rápido que la estructura sólida, durante mucho más tiempo presente en las superficies antes de desvanecerse.
Dichas vibraciones sonoras perfilaron al Mar de Groenlandia y una locación del Océano Atlántico al este de Terranova, como puntos críticos donde la velocidad del sonido continuará incrementando. Esto podría traer consecuencias para la vida marina, afectando a animales como ballenas y delfines, quienes se comunican y encuentran por medio de sonidos.
El estudio de los italianos podría combinarse con los datos recolectados por Nanni, para, posiblemente, confirmar que el hielo de Groenlandia y su derretimiento podría ser parte responsable del aumento de las vibraciones en la zona.