Greenwashing

Investigación: Uno de cada cinco casos de riesgos ESG está relacionado con el “greenwashing” y las comunicaciones engañosas

RepRisk, empresa vinculada a la ciencia de datos de factores de ambiente, sociales y de gobernanza corporativa (ESG, por sus siglas en inglés), analizó los incidentes de riesgo, que van desde una posible violación por parte de una compañía o proyecto específico de las normas y marcos globales.

Como resultado, la proveedora de servicios de descubrió que en un periodo de dos años, uno de cada cinco de los riesgos ESG estaba relacionado con el “greenwashing” o lavado verde.

Por otra parte, los grupos de presión y las compensaciones fueron identificadas como dos de los principales contribuyentes a los casos de lavado verde. Mientras que el papel de las compensaciones y los posibles efectos secundarios del “greenwashing” están bien documentados, el lobby es mucho más difícil de descubrir y no suele incluirse en la autodeclaración.

Con un conjunto de datos sobre ESG que se remonta a 2007, RepRisk afirma tener una perspectiva única sobre la evolución de los problemas a medida que el sector de los ESG ha ido creciendo, con un aumento en el número de incidentes de este tipo y un cambio en las regiones, temas y sectores involucrados.

Greenwashing
Riesgo de “Greenwashing” aumenta en empresas de América y Europa | Gráfico: RepRisk

RepRisk también señaló que en el sector de la alimentación y las bebidas, el lavado verde está relacionado con uno de cada tres incidentes de riesgo. En este sector hayejemplosde gran repercusión, como los de Coca-Cola y Unilever, que afirmaban que sus envases de plástico son respetuosos con el medio ambiente y resultaron ser “un lavado verde engañoso”.

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Nuevos retos

La empresa con sede en Suiza señala que las compañías deben trabajar para detectar el riesgo de problemas de comunicación en una fase temprana para evitar posibles conflictos futuros.

El reto de identificar y mitigar el “greenwashing” tiene dos vertientes: la primera es ir más allá de la autoinformación, que permite a las empresas afirmar que cumplen con las normas ESG cuando puede que no sea el caso.

La segunda es colmar la brecha de conocimientos sobre el comportamiento real de las empresas, lo que implica ir más allá de las calificaciones ESG incoherentes que dificultan la distinción entre las que tienen operaciones verdaderamente sostenibles, y las que están engañando y comunicando mal.

La firma, en su comunicado, pone como ejemplo las que se comprometen públicamente a la acción climática, pero enmascaran problemas continuos que están fuera de la vista en la cadena de suministro y que podrían revertir el progreso de su promesa de acción climática.

“El lavado verde ya no es una ofensa trivial. Quienes venden sus productos como ‘conformes con las normas ESG’ deben asegurarse de que cumplen esa promesa, y pueden esperar importantes multas en el futuro si no lo hacen. Esto es malo para ellos, y malo para sus inversores”

Philipp Aeby, CEO de RepRisk

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Redacción | Antonio Vilela

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