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Reporte: La contaminación está relacionada con nueve millones de muertes al año en todo el mundo

Los expertos en salud pública de la comisión sobre Contaminación y Salud de Lancet, un grupo de científicos de alto nivel, informan en un nuevo reporte que las tasas de mortalidad y enfermedad por contaminación son tan altas como siempre, y causan una de cada seis muertes en todo el mundo, afectando principalmente a la población de los países en vías de desarrollo, en el sur del planeta.

La actualización de los avances se basa en datos anteriores recopilados por la comisión de Lancet, que mostraban que la contaminación era responsable de nueve millones de muertes en 2015. Ahora, los investigadores afirman que esa cifra se ha mantenido prácticamente sin cambios, según publicación de Grist.

A pesar de la disminución de las muertes por tipos de contaminación asociados a la pobreza extrema, como la contaminación del aire y del agua en los hogares, estos modestos avances se han visto más que compensados por el aumento de las muertes por otras formas de contaminación, como las partículas en suspensión.

Rachael Kupka, directora ejecutiva de la Alianza Mundial sobre Salud y Contaminación y una de las coautoras del informe, indicó que las muertes por las formas de contaminación denominadas «modernas» (asociadas a la industrialización, uso de combustibles fósiles y exposición a sustancias químicas) han aumentado en más de 66% en las últimas dos décadas.

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Distribución mundial de las exposiciones infantiles al plomo en 2019 | Gráfico: Lancet

Fuentes de contaminación

La contaminación atmosférica es, con diferencia, la más mortífera, ya que provoca más de 6,5 millones de muertes al año, seguida de la contaminación del agua, el plomo y otros peligros.

Algunas de las principales fuentes de contaminación atmosférica son las minúsculas partículas conocidas como PM 2,5, llamadas así por su diámetro de solo 2,5 micrómetros, unas 30 veces más pequeñas que el ancho de un cabello humano.

Estas partículas, producidas por los incendios forestales y la quema de combustibles fósiles, pueden alojarse en lo más profundo de los pulmones de las personas y causar daños respiratorios, cardiovasculares y neurológicos.

Según una estimación de 2021 de investigadores de la Universidad de Chicago, el incumplimiento de las directrices internacionales sobre la exposición a las PM 2,5 resta unos 21.000 millones de años de esperanza de vida cada año.

Otras fuentes problemáticas de contaminación atmosférica son el metano, que produce un peligroso ozono a nivel del suelo que está vinculado a condiciones de salud, como daños pulmonares, dolor en el pecho y enfermedades respiratorias exacerbadas.

La contaminación química es otra de las preocupaciones crecientes señaladas por la comisión, especialmente en los países de ingresos bajos y medios, donde se encuentran aproximadamente dos tercios de la producción actual de productos químicos.

El plomo, por ejemplo, procedente de fuentes como los residuos electrónicos, la pintura y las especias contaminadas, sigue cobrando casi un millón de vidas cada año y envenena a 800 millones de niños con peligrosas concentraciones de plomo en sangre.

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Muertes globales estimadas por principal factor de riesgo o causa | Gráfico: Lancet

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Mucho por hacer

La comisión de Lancet informa que los países «sorprendentemente han hecho pocos esfuerzos» desde 2017 para reducir la exposición de sus poblaciones a la contaminación peligrosa.

Algunos de los mayores proyectos de salud mundial tienden a orientarse hacia las enfermedades infecciosas, dejando la mitigación de la contaminación en manos de departamentos menos poderosos del medio ambiente.

Sin embargo, la comisión afirma que en los últimos años, los programas nacionales de China, India y otros países han contribuido a despejar los cielos contaminados y a reducir las muertes por contaminación del aire en interiores.

Por otra parte, señala que las organizaciones internacionales también están endureciendo las normas de contaminación, como la Organización Mundial de la Salud, que en septiembre de 2021 redujo a la mitad su directriz de exposición anual a las PM 2,5, de 10 microgramos por metro cuadrado a solo cinco.

«Una vez que los países reconocen que la contaminación es una prioridad urgente, deben comenzar rápidamente a implementar programas y políticas para abordarla, como una norma de emisiones de automóviles o la prohibición del uso de colorantes a base de plomo en las especias. Y lo que es más importante, estos esfuerzos no deben limitarse a gestionar la contaminación existente, sino evitar que se produzca en primer lugar»

Rachael Kupka, directora ejecutiva de la Alianza Mundial sobre Salud y Contaminación

Si quieres acceder a la publicación de Lancet, clic aquí

Redacción | Antonio Vilela

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