Qué son los créditos de carbono y cómo ayudan ante el cambio climático

Los créditos de carbono son un mecanismo internacional utilizado para ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero más difíciles de eliminar, (representan una tonelada métrica de dióxido de carbono por empresa o país), los cuales se crean a través de proyectos ambientales que reducen o eliminan el dióxido de carbono, como la energía renovable, la eficiencia energética y la reforestación o la propia captura de CO2.

Los créditos de carbono se pueden comprar y vender en los mercados de carbono. Las empresas que emiten grandes cantidades de dióxido de carbono pueden comprar créditos para compensar sus emisiones y cumplir con los objetivos de reducción de emisiones, financiando proyectos ambientales que contribuyen a la disminución de CO2.

Sin embargo, es necesario destacar que los proyectos que generan créditos de carbono deben cumplir con ciertos estándares para garantizar que sean lo más efectivos posibles, por medio de requisitos específicos para la medición, verificación y certificación de las reducciones de emisiones.

Los proyectos también deben ser adicionales, es decir, las reducciones de emisiones que se generan deben ser más allá de lo que se habría logrado sin el proyecto. Además, pueden ser utilizados para cumplir con los compromisos internacionales de reducción de emisiones, como el Acuerdo de París, por ejemplo.

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Compromiso

Los créditos de carbono también pueden ser utilizados por las empresas para demostrar su compromiso con la sostenibilidad ambiental, dado que están en la facultad de adquirir créditos para compensar emisiones y reflejar su compromiso con el medio ambiente, financiando proyectos que tienen un impacto positivo en el planeta.

Ahora, si bien los créditos de carbono pueden ser una herramienta útil para reducir las emisiones de dióxido de carbono y combatir el cambio climático, también hay críticas a su uso.

Algunos argumentan que permiten que las empresas continúen emitiendo grandes cantidades de CO2 sin abordar el problema de fondo, mientras que otros afirman que pueden ser utilizados para financiar proyectos que no son efectivos o no reducen las emisiones de dióxido de carbono de manera significativa.

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