Madagascar

Madagascar sufre hambruna crítica impulsada por el cambio climático

A lo largo de 2021, una serie de huracanes, inundaciones e incendios forestales pusieron de manifiesto un hecho: La crisis climática no es un problema del futuro, sino del presente. En EE.UU. y Europa cada vez se toman más acciones para repeler sus consecuencias, pero en los países en desarrollo, especialmente en el hemisferio sur, llevan años o incluso décadas sintiendo los efectos del calentamiento global. Madagascar es uno de ellos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) han advertido recientemente que es probable que la inseguridad alimentaria aguda se deteriore aún más en 23 países, siendo Madagascar fue uno de los focos de mayor alerta.

El informe destaca el alarmante ritmo de aumento de la inseguridad alimentaria aguda en el mundo. En 2020, se estimó que 155 millones de personas se encontraban en situación de inseguridad alimentaria aguda en 55 países/territorios, lo que supone un aumento de 20 millones con respecto a 2019, y esta tendencia negativa continuó hasta bien entrado 2021.

El hambre aguda está aumentando no solo en escala, sino también en gravedad: más de 41 millones de personas en todo el mundo están ahora en riesgo de caer en la hambruna o en condiciones similares, a menos que reciban asistencia inmediata.

“La situación que vive el sur de Madagascar en la actualidad será la de tres cuartas partes del país en 2080 o 2100: eso significa más de 20 millones de personas. Puede que sea un término nuevo, pero necesitamos más empatía climática, del norte al sur y entre ciudadanos. Y no significa compasión, sino asegurar que el otro pueda proyectarse en un futuro”

Baomiavotse Vahinala Raharinirina, ministra de Medio Ambiente de Madagascar
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Foto: Rod Waddington | Creative Commons

Crisis sin precedentes

En mayo de 2021, la WFP y FAO advertían que alrededor de 1,14 millones de personas se enfrentaban a niveles de inseguridad alimentaria aguda, y que casi 14.000 estaban en situación de “catástrofe” al sur de Madagascar, el grado más alto en una escala de cinco, según la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF).

Una severa y prolongada temporada de escasez está aumentando rápidamente la inseguridad alimentaria, en una región donde cerca del 50% de los hogares perdieron sus cosechas. Y la situación, resultado de la peor sequía de los últimos 40 años, puede deteriorarse gravemente.

Por otra parte, los ingresos de los hogares son limitados en medio de una dramática recesión económica. Además, el COVID-19 ha provocado una importante pérdida de puestos de trabajo, mientras que la bajísima cosecha de la última temporada se tradujo en una escasa venta de cultivos, que afectó a los trabajadores agrícolas.

En un informe titulado “Madagascar: It will be too late to help us once we are dead” (Será tarde para ayudarnos cuando hayamos muerto), Amnistía Internacional (AI) documentaba los efectos de la sequía en la zona sur de Madagascar, donde el 91% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.

“El país está en primera línea de la crisis climática: para un millón de personas significa la violación de su derecho a la vida, a la salud, a la alimentación y al agua. Podría significar morir de hambre, y está sucediendo ya”, lamenta en un comunicado Agnès Callamard, secretaria general de AI.

“Prevemos que hasta el próximo junio, un niño de cada 10 sufrirá desnutrición aguda grave. Para dar una idea, durante los últimos dos meses hemos tratado de esta dolencia a más de 17.000 menores de edad, una cifra que normalmente alcanzamos en un año. Gracias a la ayuda internacional hemos podido controlar esta situación, pero estamos entrando en la época del año más difícil, entre enero y marzo, por lo que pensamos que lo peor está por llegar”

Jean Benoit, representante de Unicef en Madagascar
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Foto: IFRC

Otro punto de vista

Según investigaciones recientes, no se demostró una relación convincente con el calentamiento global en Madagascar, a pesar de que la WFP la describió como la “primera hambruna del mundo inducida por el clima“.

Los investigadores afirmaron a The Guardian que su trabajo ponía de manifiesto, no obstante, el imperativo moral de reducir la pobreza y mejorar las infraestructuras en los lugares que sufrirán un clima cada vez más extremo a medida que aumente el calentamiento global.

El equipo evaluó la influencia del calentamiento global en la sequía de Madagascar utilizando registros meteorológicos, proyecciones y modelos informáticos, que les permitió comparar la probabilidad de que se produjera el fenómeno en el mundo actual, que ya es 1,2 °C más cálido, con la de un mundo sin calentamiento provocado por el hombre.

Maarten van Aalst, director del Centro Climático de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, y parte del equipo científico de 20 personas que está detrás del estudio, expresó que “este suceso en Madagascar demuestra que en muchos casos ni siquiera estamos preparados para el clima actual”.

Piotr Wolski, de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), dijo: “Aunque no veamos con claridad el papel del cambio climático antropogénico en este suceso concreto, en el futuro se producirán sucesos similares, y lo más probable es que el calentamiento global los exacerbe en lugar de aliviarlos”.

Análisis similares han demostrado que la ola de calor que golpeó al oeste de América del Norte en 2021 habría sido “prácticamente imposible” sin la crisis climática, y que las mortales inundaciones que afectaron a Alemania y Bélgica en julio del 2021 pasado fueron hasta nueve veces más probables debido a estos cambios, indicó The Guardian.

Para acceder al documento de la FAO, clic aquí | El informe de Amnistía Internacional, clic aquí

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Redacción | Antonio Vilela

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