La Unión Europea busca endurecer normativa sobre uso de gases fluorados y emisiones de macrogranjas y minas
La Comisión Europea presentó una propuesta para actualizar las directrices de emisiones industriales enfocándose en las explotaciones ganaderas y mineras intensivas; y dos propuestas de regulación sobre gases y sustancias que dañan la capa de ozono.
Los dos nuevos reglamentos de la organización servirían para controlar más estrictamente los gases fluorados de efecto invernadero (gases F) y los componentes que agotan la capa de ozono (SAO).
Las SAO dañan la capa de ozono que protege a la Tierra de la peligrosa radiación ultravioleta del sol, y solían tener aplicaciones prácticas en la vida cotidiana: refrigeración, aires acondicionados, protección contra incendios, líneas eléctricas y como propulsores de aerosoles.
Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo del Pacto Verde Europeo, señaló: «Aunque las leyes existentes han tenido éxito, la ciencia nos insta a ir más lejos y más rápido ahora. La generalización de las tecnologías respetuosas con el clima nos ayudará a alcanzar los objetivos climáticos a largo plazo de la UE y animará a los países de fuera de Europa a reducir también sus gases fluorados y el uso de sustancias que agotan la capa de ozono».
Si bien la legislación vigente de la UE ya ha limitado considerablemente el uso y las emisiones de estos gases, los reglamentos propuestos hoy reducirán aún más las emisiones e incentivarán el uso de alternativas respetuosas con el clima.
Gases fluorados
Los gases fluorados y las sustancias que agotan la capa de ozono son Gases de Efecto Invernadero (GEI) muy potentes, producidos por el hombre, que contribuyen al calentamiento global cuando se liberan a la atmósfera, a menudo varios miles de veces más fuertes que el dióxido de carbono (CO2).
Para la comisión, la propuesta sobre los gases fluorados contribuirá a reducir las emisiones de GEI en al menos 55% para 2030, y podrían suponer una reducción total de emisiones de 490 Mt (CO2 equivalente) para 2050, comparado, una cifra ligeramente superior a las emisiones totales anuales de GEI de Francia en 2019.
A nivel de la UE, los gases fluorados representan actualmente el 2,5% de las emisiones totales de GEI, y la propuesta ahorrará el equivalente a 40 millones de toneladas de emisiones de CO2 para 2030, más allá de la prevista en la legislación actual, que sería un ahorro adicional a 310 millones de toneladas de CO2 para 2050. Estos son los puntos clave:
- La propuesta reforzará el sistema de cuotas para los hidrofluorocarbonos (eliminación progresiva de los HFC), reduciendo el impacto de los nuevos HFC que lleguen al mercado de la UE en 98% entre 2015 y 2050.
- Nuevas restricciones para garantizar que los gases fluorados solo se utilicen en equipos nuevos cuando no haya alternativas adecuadas. El SF6, el gas de efecto invernadero más potente, se eliminará en todos los equipos nuevos de transmisión eléctrica (switchgear) para 2031.
- La propuesta facilitará el control de las importaciones y exportaciones por parte de las autoridades aduaneras y de vigilancia, para reprimir el comercio de gases fluorados y equipos ilegales, junto a sanciones más duras que se estandarizarán.
- Aumentará el número de ingenieros calificados para manejar equipos respetuosos con el clima en Europa, ya que los Estados miembros deberán ampliar sus programas de certificación y formación para incluir las tecnologías respetuosas con el clima que sustituyan o reduzcan el uso de gases fluorados.
- La normativa sobre gases fluorados suprimiría algunas exenciones y haría que la eliminación de los HFC en la UE se ajuste plenamente al Protocolo de Montreal.
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Granjas y minas en la mira
La institución también introdujo una propuesta legislativa para endurecer ciertos criterios medioambientales con el objetivo de que las macrogranjas emitan menos amoníaco y metano, y que ciertas industrias y explotaciones mineras ahorren más energía, agua y materiales.
dicha propuesta, afectaría a entre 10% y 20% de las granjas avícolas y porcinas y, por primera vez, a las de vacuno con más de cien cabezas, que conjuntamente son responsables del 60% de las emisiones de amoníaco, y del 43% del metano de la ganadería de la UE, según la comisión.
La comisión propone revisar la Directiva de Emisiones Industriales, normativa comunitaria para limitar el impacto medioambiental que ya cubre a más de 30.000 instalaciones industriales y 20.000 explotaciones agroindustriales.
Estas se encuentran sujetas a un sistema de permisos y vigilancia de la contaminación que generan en el agua, el suelo y el aire, que en los últimos 15 años ha reducido entre 40% y 85% la contaminación del aire generada por óxidos de azufre (SOx), metales pesados, partículas finas (PM10) y óxidos de nitrógeno (NOx).
Además, la organización señaló que se realizará una revisión que cubriría a las 850 minas y canteras más problemáticas de las decenas de miles de explotaciones que existen en la UE, como también a plantas de producción de baterías eléctricas, sector que previsiblemente crecerá en las próximas dos o tres décadas.
La propuesta de Bruselas, que tiene que negociarse antes con los Estados miembros de la UE y con el Parlamento Europeo, no se aplicará antes de 2027.
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Redacción | Antonio Vilela