La importancia de la Amazonía en la lucha contra el cambio climático
La Amazonía es una de las regiones más importantes del mundo para luchar contra el cambio climático, ya que desarrolla un rol fundamental en la absorción de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero, figurando como la selva tropical más grande del planeta tras cubrir aproximadamente 5.5 millones de kilómetros cuadrados en nueve países de Sudamérica, siendo Brasil el que posee la mayor parte de su extensión.
Su rol protagónico en la mitigación del cambio climático radica en su capacidad para absorber grandes cantidades de dióxido de carbono. A través del proceso de fotosíntesis, los árboles de la selva amazónica convierten el CO2 en oxígeno, reduciendo la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Debido a ello, es considerada como uno de los principales «pulmones naturales del mundo», dado que se estima que produce el 20% del oxígeno del planeta. Ahora, más allá de su capacidad para absorber el CO2, la Amazonía también almacena grandes cantidades de carbono en su biomasa.
Se estima que la cantidad de carbono almacenado en la selva amazónica es de aproximadamente 120 mil millones de toneladas, es decir, más de 10 años de emisiones globales de dióxido de carbono. En ese sentido, si fuese degradada o deforestada, el carbono almacenado se liberaría a la atmósfera aumentando significativamente la cantidad de gases de efecto invernadero en el aire.
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Aliado vital
Lamentablemente, se enfrenta a una serie de amenazas que van desde la tala de árboles, la minería, la expansión de la agricultura, la ganadería y los incendios forestales. Casi todas estas actividades de origen humano tienen impacto significativo en el equilibrio ecológico de la selva tropical, afectando la capacidad de la Amazonía para combatir el cambio climático.
Asimismo, genera implicaciones para las comunidades locales y los pueblos indígenas que dependen de los recursos naturales de la selva, derivando en pérdidas de biodiversidad, agotamiento del suelo y disminución de la calidad del agua, afectando directamente la salud y la subsistencia de estas comunidades.
Ante su importancia, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha destacado datos relevantes sobre la Amazonía:
- Alberga el 10% de la biodiversidad del planeta
- Es el hogar de más de 30 millones de personas
- Es un sumidero importante de carbono
- Absorbe más de 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año, lo que equivaldría a más de la mitad de las emisiones anuales de Estados Unidos.
- Estima que el 80% de las emisiones de Brasil provienen de la deforestación y la degradación forestal.
- Desde el año 2000 ha perdido más de 500.000 km2 de bosque
- En 2019, Brasil experimentó el mayor número de incendios forestales registrados en una década
Esto conlleva a tomar medidas de forma inmediata con la finalidad de proteger la Amazonía debido a su papel en la mitigación del cambio climático, por ello, se debe promover la conservación de la selva, reducir la tala de árboles, regular la expansión de la agricultura y la ganadería, incentivar la restauración de los bosques degradados y apoyar a comunidades locales y pueblos indígenas en la gestión sostenible de los recursos naturales.