Investigaciones científicas: Las nutrias forman parte vital en la conservación de bosques marinos
En la dura batalla por combatir el cambio climático surgen interesantes investigaciones científicas que pueden ayudar a mitigar los efectos del gas invernadero, a través de la protección de especies que se encuentran en extinción.
Por ejemplo, el doctor James Elpes, del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de California, Estados Unidos, determinó que las nutrias, gracias a su gran apetito, son capaces de mantener seguros los bosques marinos de kelp, áreas subacuáticas con una alta densidad de algas pardas que se reconocen como uno de los ecosistemas más productivos y dinámicos en la tierra.
La importancia del kelp radica en que las plantas se alimentan de los nutrientes del suelo, la luz solar y del dióxido de carbono; lo que convierten en energía y como resultado liberan oxígeno, proceso que realizan tanto en la tierra como bajo el agua. Además, el kelp se agrupa en verdaderos bosques y cada planta puede crecer aproximadamente 60 centímetros por día.
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Al no poseer capas de grasa, las nutrias no tienen cómo protegerse del frío, pero al consumir erizos marinos su alto nivel de calorías les permite contrarrestar esto.
Debido a que las nutrias consumen al día un cuarto de su peso en erizos de mar, esto permite que las plantas kelp, alimento principal de los erizos, puedan desarrollarse y realizar fotosíntesis con tranquilidad sin el riesgo de que venga uno de estos moluscos a cortar su base y dejando las hojas flotar a la deriva.
Estudios avanzados
La comunidad científica está estudiando el comportamiento en zonas repobladas por nutrias, ya que de a poco su estado de conservación ha mejorado y ya no son cazadas por su piel. Mientras más nutrias, más kelp y menos dióxido de carbono, lo que significa menos efecto invernadero.
Investigaciones publicadas en la prestigiosa revista Science concluyen que las praderas con nutrias como inquilinas son más resistentes, con unas plantas con mayor diversidad genética. Esto se debe a que, mediante el proceso de alimentación y suave distorsión del suelo marino, estas especies fuerzan a las plantas a florecer y producir semillas. Asimismo, sus excavaciones aportan más espacio y luz para que las semillas se asienten y germinen.
Dichos estudios confirman que las nutrias marinas, una especie en peligro de extinción, son vitales para sus medios y le dan a las praderas de zostera mayores posibilidades de estar sanas y sobrevivir.
La zostera y otras plantas marinas están en peligro a nivel mundial, en parte debido al calentamiento de las aguas provocado por el cambio climático.
Las praderas marinas también son importantes maternidades para muchos peces y crustáceos, puesto que aportan comida a muchos animales como las ballenas grises y tortugas marinas, absorben gases de efecto invernadero y filtran contaminación dañina y bacterias del agua.
Redacción I Jhonattan González