Inversores del sector alimentario alertan sobre riesgos climáticos de más de 35 billones de dólares para 2050
Ante la previsión de pérdidas por valor de 38 billones de dólares en un escenario de calentamiento global de 2,5°C, los inversores del sector alimentario y de bebidas están siendo instados a reforzar su gestión de riesgos climáticos.
Según la ONU, si los países cumplen sus compromisos actuales bajo el Acuerdo de París, el aumento de temperatura para 2100 alcanzaría entre 2,6°C y 2,8°C, un cálculo realizado antes de que Estados Unidos abandonara el pacto por segunda vez durante la administración de Donald Trump.
El First Sentier MUFG Sustainable Investment Institute urgió a los inversores en sistemas alimentarios, muchos de ellos altamente expuestos al riesgo climático, a mejorar sus estrategias de adaptación y resiliencia.
Un informe del instituto señala que, mientras la demanda global de alimentos crecerá a una tasa anual compuesta (CAGR) del 1,26% entre 2023 y 2033, superando el crecimiento poblacional en casi todas las regiones, los fenómenos meteorológicos extremos amenazarán la producción mundial. Sequías, inundaciones, tormentas y temperaturas récord podrían socavar la seguridad alimentaria, afectando incluso a procesadores, distribuidores y minoristas a través de sus cadenas de suministro.

«El mundo se acerca a puntos de inflexión climáticos con graves impactos en los sistemas agrícolas. Las estrategias de inversión deben integrar estos riesgos y promover iniciativas que fortalezcan la seguridad alimentaria, la resiliencia y los rendimientos económicos»
Sudip Hazra, director del First Sentier MUFG Sustainable Investment Institute
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Recomendaciones clave para los inversores
El documento sugiere incorporar marcos de riesgo climático y sostenibilidad ambiental en los procesos de diligencia debida y gestión de carteras.
Además, propone desarrollar instrumentos financieros innovadores para impulsar sistemas en el sector alimentario que sean resilientes y colaborar en iniciativas de impacto.
Entre las exigencias a las empresas del sector destacan:
- Mapas detallados de cadenas de valor y escenarios de riesgo climático a más de 10 años;
- Proyecciones de precios de insumos a cinco años y análisis de densidad nutricional en productos clave;
- Datos sobre impacto en recursos naturales (uso de agua, deforestación) y factores ESG prioritarios;
- Planes operativos para reducir el impacto ambiental y adaptar modelos de negocio.
Marcos como las Task Force on Climate-Related Financial Disclosures (TCFD), Taskforce on Nature-related Financial Disclosures (TNFD) y los European Sustainability Reporting Standards (ESRS) ofrecen directrices para la divulgación de esta información.

Advertencias desde el sector alimentario
Un grupo anónimo de ejecutivos del sector alimentario alertó recientemente a los inversores sobre la falta de transparencia en la divulgación de riesgos climáticos.
Criticaron la tendencia a priorizar el cumplimiento normativo sobre la acción real, destacando que muchas empresas tratan los marcos de reporting como requisitos burocráticos en lugar de herramientas para la toma de decisiones.
Por su parte, la organización Christian Aid reveló que los precios del cacao se han cuadruplicado en años recientes debido al calor extremo y las lluvias irregulares en África Occidental, regiones responsables del 70% de la producción global.

En 2024, el cambio climático tuvo seis semanas con temperaturas superiores a 32°C en el 71% de las zonas productoras de Costa de Marfil, Ghana, Camerún y Nigeria, amenazando los medios de vida de los agricultores y encareciendo productos como el chocolate.
Este escenario subraya la urgencia de que inversores y empresas actúen frente a una crisis que ya está transformando la economía global.