Climate Bond Initiative: «Los bonos verdes tienen un largo camino por recorrer para atajar la crisis climática»
A pesar de todo el dinero que las empresas y los gobiernos están recaudando en el mercado de bonos verdes para financiar proyectos medioambientales en todo el mundo, aún queda un largo camino por recorrer para financiar adecuadamente la lucha contra el cambio climático, según la Iniciativa de Bonos Climáticos.
Las ventas mundiales de bonos verdes, la mayor categoría de deuda sostenible por volumen de dólares, alcanzaron el año pasado la cifra récord de 513.000 millones de dólares, según datos recopilados por Bloomberg.
Las ventas podrían alcanzar nuevos máximos de entre 900.000 millones y un billón de dólares a finales de este año, y hasta cinco billones en 2025, según estimaciones de Climate Bond Initiative, con sede en Londres.
Según la organización, el mercado de la deuda verde ha pasado gradualmente de un comienzo relativamente lento tras su creación a una impresionante tasa de crecimiento de más del 50% en los últimos cinco años.
A pasos agigantados
A finales de 2015, la deuda verde acumulada alcanzó un volumen total de 104.000 millones de dólares. Menos de dos años después, la emisión verde mundial superó por primera vez la marca anual de 100.000 millones de dólares en noviembre de 2017 durante la COP23.
En diciembre de 2020, el mercado superó el hito acumulado de 1 billón de dólares y, poco más de 12 meses después, se sitúa por encima de los 1,5 billones de dólares en emisiones verdes etiquetadas.
La cifra récord de 2020, de 297.000 millones de dólares, se superó en 2021 con un aumento global de más del 60%, ya que la cifra verde de 517.400 millones de dólares, que superó la previsión de bonos climáticos de mediados de año para sobrepasar la marca del medio billón.
En conjunto, esto hace que el volumen total de deuda sostenible etiquetada en 202 alcance un récord de 1,2 billones de dólares, según las definiciones de Climate Bond Initiative.
Camino por recorrer
No obstante, los prestatarios de todo el mundo tendrán que recaudar aún más dinero para hacer frente al cambio climático, ya que un reciente análisis de McKinsey & Co. estima que se necesitan 9,2 billones de dólares anuales hasta 2050 en inversiones para alcanzar el nivel cero.
De hecho, McKinsey señala que sus estimaciones superan en un grado significativo los 3 a 4,5 billones de dólares de gasto anual para la transición neta a cero que otros han estimado.
Dicha cantidad equivale a un 7,5% del PIB entre 2021 y 2050, con el gasto necesario concentrado en la fase inicial, pasando del 6,8% del PIB actual al 9% del PIB entre 2026 y 2030, antes de reducirse.
En términos de dólares, el aumento del gasto anual es de unos 3,5 billones de dólares al año, es decir, un 60% más de lo que se gasta en la actualidad, todo lo cual se gastaría en el futuro en activos de bajas emisiones. Este gasto incremental supondría un 2,8% del PIB mundial entre 2020 y 2050.
Para McKinsey, el aumento equivale aproximadamente, en 2020, a la mitad de los beneficios empresariales mundiales, a una cuarta parte de los ingresos fiscales totales, al 15% de la formación bruta de capital fijo y al 7% del gasto de los hogares.
Nuevas iniciativas
Según Sean Kidney, director ejecutivo de Climate Bond Initiative, es necesario destinar más capital a iniciativas más ecológicas, además de obtener nueva deuda, para conseguir los billones de dólares necesarios.
«En el mercado de bonos verdes, que en gran parte financia o replantea lo que hacemos, necesitamos llegar a cinco billones de dólares al año para hacer una contribución razonable», dijo Kidney en una entrevista reciente.
Las proyecciones de oferta se basan en la continua aceleración de la emisión de bonos verdes; la fuerte demanda de los inversores que se espera que estimule más deuda vinculada a proyectos ESG, así como las discusiones con los suscriptores de los bonos, señaló Kidney.
BNP Paribas SA, uno de los mayores suscriptores de bonos ligados a ESG, proyecta 880.000 millones de dólares en ventas globales de bonos verdes este año, incluidos 265.000 millones de dólares de los mercados emergentes en 2022.
Por su parte, Morgan Stanley prevé entre 750.000 y 950.000 millones de dólares, impulsados por la Unión Europea, que incluiría 238.000 millones de euros equivalentes del programa NextGeneration Green Bond de la UE.
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Mayor compromiso
En los próximos años podría producirse un cambio radical en el mercado mundial de bonos verdes, a medida que más países se comprometan a alcanzar objetivos de carbono neto cero, según un nuevo estudio de Pictet Asset Management y el Instituto de Finanzas Internacionales.
Dicho informe prevé que la emisión anual de bonos verdes alcance los 1,2 billones de dólares en 2025.
Arabia Saudita, primer exportador de petróleo del mundo, está preparando su primer bono verde en lo que se considera un momento decisivo, mientras que el gobierno de Qatar también está buscando adentrarse. Por otra parte, Estados Unidos aún no ha recurrido al mercado, pero es lo más obvio debido a la ventaja de precio que suponen los bonos, añadió Kidney.
Los bonos verdes tienen por término medio más demanda y se comportan mejor en el mercado secundario que la deuda equivalente sin la etiqueta. Los inversores también consideran que los bonos verdes tienen un riesgo menor en comparación con los bonos normales, y se espera que aguanten mejor en una recesión, lo que justifica el llamado greenium, añadió.
«Si uno es un inversor defensivo, algo que se comporta mejor en el mercado secundario y no pierde su valor en una recesión, eso es oro en polvo y eso es lo que tenemos»
Sean Kidney, director ejecutivo de Climate Bond Initiative
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Redacción | Antonio Vilela