Aumento de la demanda energética en Latinoamérica impulsa estrategias de eficiencia y digitalización
La Agencia Internacional de la Energía (IEA) publicó un informe que revela un incremento global del 2,2% en la demanda de energía durante 2024, impulsado principalmente por el aumento de temperaturas extremas y la recuperación económica postpandemia.
En Latinoamérica, este fenómeno presenta retos significativos para la gestión sostenible de los recursos energéticos y ha generado un renovado interés en estrategias de digitalización y eficiencia energética.
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Impacto del crecimiento
El aumento del consumo energético en Latinoamérica se ha visto impulsado por diversos factores, entre ellos el crecimiento poblacional, la industrialización acelerada y la electrificación de sectores clave como el transporte y la manufactura.
Sin embargo, este crecimiento también ha traído consigo desafíos, como el incremento de pérdidas en la transmisión de electricidad y la necesidad de diversificar la matriz energética para reducir la dependencia de combustibles fósiles.
Según el informe de la IEA, la región enfrenta una encrucijada: la urgencia de satisfacer una demanda creciente de energía sin comprometer los compromisos de sostenibilidad y descarbonización.
En este contexto, la digitalización del sector eléctrico se ha convertido en un pilar fundamental para mejorar la eficiencia en la generación, distribución y consumo de energía.

La digitalización como solución eficiente
La transformación digital del sector energético ha avanzado considerablemente en los últimos años, y en 2025 se espera que juegue un papel clave en la reducción de pérdidas y optimización del consumo eléctrico.
Tecnologías como la inteligencia artificial, el análisis de datos en tiempo real y el monitoreo remoto de redes eléctricas han demostrado ser herramientas eficaces para mejorar la estabilidad y resiliencia de los sistemas energéticos.
Los expertos destacan que la adopción de redes inteligentes (smart grids) y la integración de sistemas de almacenamiento avanzados permitirán a los países latinoamericanos gestionar la fluctuación de la demanda con mayor precisión.
Además, la digitalización facilita el uso eficiente de energías renovables, al permitir una mejor integración de fuentes como la solar y eólica en las redes de distribución.

Iniciativas y políticas en América Latina
Gobiernos y empresas del sector han tomado medidas concretas para impulsar la transición energética en la región.
Algunos de los proyectos más destacados incluyen:
- Expansión del hidrógeno verde: Países como Brasil y Colombia han anunciado inversiones significativas en infraestructura de producción y distribución de hidrógeno verde, una alternativa clave para la descarbonización de sectores industriales y de transporte.
- Modernización de redes eléctricas: En México, Argentina y Chile se han implementado programas de modernización de redes con el objetivo de reducir pérdidas, mejorar la eficiencia y garantizar una distribución más equitativa de la energía.
- Promoción de movilidad sostenible: Brasil ha liderado iniciativas para expandir el mercado de vehículos eléctricos y mejorar la infraestructura de carga, facilitando la transición hacia un transporte menos dependiente de combustibles fósiles.
- Políticas de eficiencia energética: En países como Perú y Uruguay se han adoptado regulaciones para fomentar el uso de tecnologías eficientes en hogares y empresas, incentivando la reducción del consumo energético mediante programas de educación y financiamiento.

Un futuro energético sostenible en Latinoamérica
El crecimiento sostenido de la demanda energética refuerza la urgencia de implementar soluciones innovadoras que equilibren desarrollo económico y sostenibilidad.
La digitalización del sector, junto con inversiones estratégicas en energías renovables, permitirá a Latinoamérica avanzar hacia un modelo energético más limpio, resiliente y accesible para todos.
A medida que las condiciones climáticas y las necesidades energéticas evolucionan, la región tiene la oportunidad de consolidarse como líder en sostenibilidad, apostando por tecnologías avanzadas y políticas integradas que garanticen un futuro más verde.