Retos que afronta el sector energético para descarbonizar sus operaciones
La descarbonización es uno de los mayores retos a los que se enfrenta el sector energético en la actualidad, pues la eliminación de las emisiones de gases de efecto invernadero, y la transición hacia una energía más limpia y sostenible es esencial para combatir el cambio climático y garantizar un futuro próspero para las generaciones venideras.
Sin embargo, la transición a una economía baja en carbono no será fácil y presenta varios desafíos significativos. Uno de los principales retos que enfrenta es la necesidad de invertir en nuevas tecnologías y soluciones, incluyendo fuentes de energía renovable (solar y eólica), así como la inversión en tecnologías de almacenamiento de energía (baterías y sistemas de almacenamiento de energía térmica)
Las mismas son esenciales para permitir una transición efectiva hacia una economía baja en carbono y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Otro desafío clave es la necesidad de una infraestructura adecuada. Es necesario destacar que la transición requerirá una infraestructura de energía renovable más amplia y una mayor inversión en la infraestructura de transporte para asegurar que la energía se pueda transportar y distribuir de manera eficiente.
Ante ello, surge la necesidad de modernizar la red de distribución eléctrica y aumentar la capacidad de las redes inteligentes. Además, el sector energético se enfrenta a una serie de desafíos regulatorios y políticos.
Para ello, será clave establecer políticas y regulaciones sólidas para impulsar la descarbonización y garantizar que se tomen medidas efectivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
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Más desafíos
La implementación de impuestos sobre el carbono y otras medidas para incentivar la inversión en tecnologías de energía renovable y reducir la dependencia de los combustibles fósiles también figuran como algunas de las medidas para hacer frente al reto de los desafíos regulatorios. Por otro lado, es importante el costo de la descarbonización.
La inversión en tecnologías de energía renovable y la modernización de la infraestructura puede ser costosa, pudiendo haber un costo inicial asociado con la transición hacia una economía baja en carbono.
Sin embargo, a largo plazo, se espera que la inversión en tecnologías de energía renovable sea más rentable que la inversión en combustibles fósiles.
Por último, el sector energético también se enfrenta a desafíos culturales y de percepción. Muchas personas todavía ven la energía renovable como poco confiable y costosa. Existe cierta falta de conciencia sobre los beneficios de la descarbonización y la necesidad de una transición sostenible, por ello, resulta importante educar al público sobre las ventajas que trae, además de crear conciencia sobre la necesidad de la misma.