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McKinsey: Se necesitan inversiones de hasta $4 billones en las cadenas de suministro de materiales para alcanzar los objetivos de descarbonización

Según un nuevo informe publicado por la consultora de gestión global, McKinsey & Company, es posible que se necesiten hasta 4 billones de dólares en inversiones de aquí a 2030 para ampliar la cadena de suministro de materiales y hacer frente a la próxima escasez de metales y materiales clave necesarios para cumplir los objetivos mundiales de descarbonización.

El informe, “La transición en materiales cero neto: Implicaciones para las cadenas de suministro mundiales“, destaca el papel de la cadena de suministro de materiales como factor clave de la transición mundial hacia la energía neta cero, ya que muchas de las tecnologías, desde las renovables y el almacenamiento en baterías hasta los vehículos eléctricos, requieren más materiales y diferentes a las tecnologías convencionales a las que sustituyen.

El informe de McKinsey también destaca las elevadas concentraciones locales de materiales, como los elementos de tierras raras en China y el níquel en Indonesia, que podrían afectar al acceso regional a los materiales.

“Los objetivos climáticos, cada vez más audaces, están cambiando las cadenas de valor de los materiales a nivel mundial, hasta el punto de que la transición hacia las emisiones netas cero ha desencadenado una transición de los materiales”, expresó Michel Van Hoey, socio principal de McKinsey & Company.

“Nuestro informe ofrece una perspectiva integrada de esos cambios y de las acciones clave que serán necesarias para equilibrar la ecuación y salvaguardar la industria”, añadió Van Hoey.

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Según el informe, la intensidad de materiales por GW de la energía solar fotovoltaica es 1,4 veces superior a la de la tecnología convencional, mientras que la energía eólica terrestre es 2,4 veces más intensiva en materiales y la eólica marina 6,3 veces.

Del mismo modo, los vehículos eléctricos de batería (BEV) pueden ser 20% más pesados, o más intensivos en materiales, que los vehículos comparables con motor de combustión interna (ICE).

A medida que estas tecnologías se despliegan cada vez más para apoyar las iniciativas de descarbonización de la industria, el transporte, la producción de energía y otros sectores, el informe McKinsey predice que las tasas de crecimiento futuras de muchos materiales superarán los patrones históricos, lo que provocará la escasez de muchos materiales críticos en una variedad de escenarios examinados por el estudio.

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Los desequilibrios previstos entre la oferta y la demanda incluyen una escasez moderada de materiales para baterías, como el litio, el cobalto, el níquel, el manganeso y el grafito, y una escasez más grave de materiales para imanes, que se utilizan en motores eléctricos y sistemas de propulsión de turbinas eólicas, que puede llegar al 70% en el caso del disprosio.

También se prevé una escasez significativa de materiales clave para los mercados finales, como semiconductores, electrolizadores y material de proceso.

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Las inversiones

Para aumentar los suministros necesarios de estos materiales y minerales clave, el informe prevé que las inversiones en la cadena de suministro de materiales, incluidas la minería, el refinado y la fundición, tendrán que aumentar entre 3 y 4 billones de dólares de aquí a 2030, incluidos los gastos de capital para exploración y los proyectos nuevos y en curso.

Además de estas inversiones, el reporte estima que será necesario aumentar la capacidad laboral en hasta 600.000 profesionales especializados en minería, así como poner en marcha un suministro energético adicional de 200 GW a 500 GW.

Por otro lado, aparte de aumentar las inversiones en la cadena de suministro de materiales, la mano de obra y la energía, el informe esboza una serie de acciones recomendadas para ayudar a reducir la brecha de materiales:

  • Impulsar un cambio en los patrones de demanda hacia tecnologías probadas que sean menos intensivas en materiales o dependan de materiales menos limitados;
  • Aumentar la inversión en innovación de materiales y prácticas de reciclaje;
  • Agilizar los procesos de permisos e impulsar la demanda de tecnologías alternativas.

Si deseas leer el reporte completo de McKinsey, haz clic aquí para descargarlo

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