Lo que debería invertir en Latinoamérica para descarbonizar la región 2030
América Latina es una de las regiones que enfrenta mayores retos al momento de adoptar la sostenibilidad, bien sea en movilidad, transporte, agricultura e industrias. Hacer frente a dichos sectores resulta una necesidad obligatoria para aminorar las consecuencias del cambio climático y prevenir que la temperatura ambiental aumente a 1.5 grados centígrados.
El objetivo de evitar esta elevación de temperatura resulta de vital importancia para el equilibrio de la vida en la Tierra, dado que diversos científicos concuerdan que ese es límite que el planeta soportaría antes de entrar en consecuencias irreversibles y perjudiciales para la vida en sus diversos tipos de forma (humana, animal, vegetal).
De esta manera, Latinoamérica ha recibido una proyección de la inversión económica que debe recibir para cumplir los objetivos sostenibles pactados en el Acuerdo de París de cara al 2030. El estudio está a cargo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en colaboración con el Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI).
El mismo afirma que América Latina debe invertir entre el 7% y 19% de su Producto Interno Bruto (PIB) colectivo, lo que se traduciría en $1.3 billones de dólares en gastos al año, tanto público como privado. Sin embargo, parte de la investigación asegura que será mucho más económica poner en marcha esta inversión que cargar con las consecuencias del cambio climático.
La tarea no será sencilla, dado que cada país deberá generar sus propios términos y soluciones, pues no todos figuran bajo el mismo panorama de prioridades o necesidades, y así lo ve Graham Watkins, jefe de la División de Cambio Climático del BID. «No habrá una solución única para todos», asegura.
Lee también: BID selecciona diez destinos en Latinoamérica para impulsar el turismo sostenible
Por supuesto, el reporte señala las diferentes prácticas que se pueden colocar en marcha para comenzar a construir este objetivo. Energía solar, eólica, diseño de ciudades que promuevan la micromovilidad sostenible, conservar árboles, vegetación, fomentar dietas bajas en emisiones, electrificar el transporte, la construcción, las industrias, reciclar y darle mayor fuerza a la economía circular, son parte del abanico que presentó el BID.
Finalmente, el BID también se recalcó el beneficio económico que recibirán las naciones, una vez se alcance las cero emisiones en 2050. Hasta 15 millones de nuevos empleos se podrían generar, mientras que para 2030 el PIB incrementaría hasta un 1%. Casos puntuales como Costa Rica verían ingresos de $41.000, Perú $140.000 millones y Chile $7.000 millones de dólares.