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Arranca plan de construcción de 500.000 estaciones de recarga de vehículos eléctricos en EE. UU.

Los departamentos de Energía y Transporte de los Estados Unidos anunciaron conjuntamente que tienen a disposición 5.000 millones de dólares para que los estados construyan una red de recarga de vehículos eléctricos a lo largo y ancho de las carreteras interestatales.

La financiación procede de la ley bipartidista de infraestructuras promulgada en noviembre, y es una piedra angular del plan climático del presidente Joe Biden desde su campaña electoral, donde mencionaba las “500.000 estaciones de recarga” para vehículos eléctricos, según información de CNBC.

Pete Buttigieg, secretario de Transporte de EE.UU., hizo el anuncio frente al departamento de Transporte junto con funcionarios de la Casa Blanca, flanqueado por un par de SUVs Ford Mustang Mach-E negros de la creciente flota eléctrica del gobierno federal que conducen él y la secretaria de energía, Jennifer Granholm, también presente.

Buttigieg dijo que “se trata de un gran acuerdo para el futuro de la recarga de vehículos eléctricos y su adopción. Nos estamos asociando con los estados y el sector privado para construir la columna vertebral de la infraestructura de carga en todo nuestro sistema de carreteras federales e interestatales”.

Según el secretario, la financiación de cada estado depende de sus infraestructuras y necesidades. En general, los condados más grandes y poblados recibirán más: de un total de 615 millones de dólares de financiación disponibles este año, California recibirá unos 57 millones de dólares, y Texas, 60 millones.

En búsqueda de mayor autonomía

De acuerdo con los requisitos del Departamento de Transporte, los estados deben presentar planes al gobierno federal, y podrán comenzar la construcción este año si se centran primero en las rutas de las autopistas, en lugar de zonas residenciales y centros comerciales, que puedan permitir a la gente llevar sus vehículos eléctricos a largas distancias.

La mayoría de los cargadores construidos a través del nuevo programa serán cargadores rápidos de corriente continua, lo que significa que pueden alimentar un coche eléctrico al 80% en 20 o 30 minutos, y cada estación tendría que tener al menos cuatro puertos de carga.

Además, Pete Buttigieg dijo que no está claro cuántos cargadores se pagarán con los 5.000 millones de dólares. “Realmente depende de cómo los estados decidan mezclar los cargadores rápidos y los diferentes tipos de tecnología”.

Según el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT, por sus siglas en inglés), instalar un solo cargador rápido de corriente continua cuesta entre 30.000 y 140.000 dólares, lo que significa que el dinero asignado podría estar entre 36.000 y 166.000 por cargador en todo el país.

Aunque los cargadores rápidos ayudarán a reducir lo que se conoce como “ansiedad por la autonomía” haciendo que los conductores de vehículos eléctricos se sientan más cómodos con los viajes de larga distancia, no serán suficientes para apoyar completamente la transición hacia el vehículo eléctrico.

El ICCT estima que, para apoyar una expansión de los vehículos eléctricos en línea a los planes de Biden, Estados Unidos necesitaría tener alrededor de dos millones de cargadores públicos de nivel 2 (más lentos y económicos) en casa y el lugar de trabajo para 2030.

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Piedras de tranca

Quedan muchos detalles técnicos por resolver y la administración reconoce que costará convencer a los conductores acostumbrados a los vehículos de gasolina, sobre todo en las zonas rurales.

Además, el dinero es muy inferior a los 15.000 millones de dólares que Biden había previsto para cumplir la promesa de campaña de instalar 500.000 estaciones de recarga para 2030, y puede ser necesaria una importante inversión privada para que el plan funcione.

Desde hace unos años, las empresas y propietarios de viviendas podían solicitar una bonificación fiscal del 30% si instalaban sus estaciones de recarga, pero esa bonificación se agotó a finales del año pasado, y su prórroga está vinculada al Build Back Better Act, que actualmente está paralizada en el Congreso.

Por otra parte, la ley prevé 2.500 millones de dólares adicionales para subvenciones locales previstas para finales de año, con el fin de colmar las lagunas en la red de recarga en zonas rurales y comunidades desfavorecidas, con menos posibilidades de poseer vehículos más costosos, y aliviar la carga del “atasco” de Build Back Better.

Los estados que no cumplan todos los requisitos federales se arriesgan a sufrir retrasos en la obtención de la aprobación de la Administración Federal de Carreteras, o a no recibir dinero alguno.

Biden también ha fijado el objetivo de vender el 50% de los vehículos eléctricos en 2030, como parte de un esfuerzo más amplio para conseguir que toda la economía tenga cero emisiones en 2050, empezando por un crédito fiscal de 7.500 dólares para las personas que compren vehículos eléctricos.

El transporte es actualmente la mayor fuente de emisiones de carbono de los Estados Unidos.

Redacción | Antonio Vilela

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