Experto de la AIE: «Si América Latina se centra exclusivamente en las exportaciones de hidrógeno, perderá el norte»
América del Sur, región rica en recursos energéticos renovables, tiene el potencial de producir más hidrógeno con bajas emisiones de carbono del que podría consumir a nivel doméstico, proyectando al continente para convertirse en un líder en el desarrollo de una economía global de este combustible.
Esta fue una de las premisas en el seminario web del Instituto de Estudios Energéticos de Oxford (OIES) sobre el Hidrógeno en América del Sur, que se llevó a cabo a principios de noviembre en el marco de la Conferencia sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP26) que se celebra en Glasgow, Escocia.
«Centrarse exclusivamente en las exportaciones es perder el norte», afirmó Mariano Berkenwald, experto en energía internacional y antiguo responsable del programa para América Latina de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Berkenwald continuó haciendo hincapié en la necesidad de que los países «se centren en proyectos más pequeños para permitir ecosistemas locales de hidrógeno más pequeños», como la minería de altura en Chile y Perú.
Además, indicó que Argentina ha estado produciendo hidrógeno verde a través de pequeños proyectos piloto desde 2009, utilizándolo tanto para la generación de energía como para la producción de metano que se utiliza en diversas aplicaciones.
Según Alfonso Blanco Bonilla, secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía, aproximadamente el 59% de la matriz de generación eléctrica en América Latina y el Caribe proviene de energías renovables. El problema, dijo, «es la falta de un mercado desarrollado que proporcione la demanda adecuada necesaria para la producción».
En este sentido, los gobiernos también desempeñarán un papel importante en el desarrollo y la adopción de la producción de hidrógeno con bajas emisiones de carbono, y más de 10 países de América Latina están publicando o han publicado ya hojas de ruta nacionales sobre el hidrógeno.
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El gigante de América del Sur
El Programa Nacional de Hidrógeno de Brasil combina objetivos específicos con comités gubernamentales para abordar la estructura, los objetivos y las políticas de integración. El país cuenta con 40 millones de dólares en inversiones públicas, orientadas a la investigación y el desarrollo.
Además, el gigante de Suramérica tiene 22.000 millones de dólares en inversiones, incluidos proyectos de hidrógeno a gran escala y con bajas emisiones de carbono que se encuentran actualmente en estudios de viabilidad en Ceará, Río de Janeiro y Pernambuco, según reseña de S&P Global Platts.
Por otra parte, Brasil, uno de los mayores productores de alimentos del mundo, importa grandes cantidades de fertilizantes y todo su metanol. Esta gran demanda interna, combinada con los complejos industriales existentes, podría contribuir a reducir la dependencia de las importaciones y proporcionar un excedente potencial en la producción de hidrógeno con bajas emisiones de carbono dentro del país, dijo Thigo Barral Ferreira, director general de la Compañía de Planificación Energética de Brasil, durante el seminario.
«Debemos aprender a vivir con un presupuesto de carbono. No será fácil, pero tenemos que hacerlo»
Hernán Carlino, director del Centro de Investigación del Cambio Climático Global
Hojas de ruta de los gobiernos
A medida que se amplíen los proyectos, la exportación global necesitará también la cooperación de los gobiernos. Según Mariano Berkenwald, es probable que los importadores exijan la certificación de la intensidad de carbono en la producción de hidrógeno, y se han presentado consideraciones sobre sistemas de certificación como parte de varias estrategias nacionales.
Todo eso abrirá las puertas a que los importadores mundiales busquen en Suramérica los costos de producción más bajos utilizando una abundancia de energía renovable.
Uno de estos proyectos en Chile (Haru Oni) presentado por Siemens Energy, en asociación con la industria alemana para la adquisición de e-combustibles por parte de Porsche.
El proyecto, en fase piloto hasta 2022, utilizará turbinas eólicas y captura directa de aire para alimentar las operaciones y proporcionar materia prima para la síntesis de metanol. Siemens espera que se produzcan 55 millones de litros de e-combustible al año en la primera fase, de 2022 a 2024.
Los participantes en el seminario web de la OIES coincidieron en que hay espacio tanto para la competencia, como para la cooperación, a medida que el mundo avanza hacia el objetivo colectivo de la descarbonización.
América del Sur está en condiciones de impulsar este cambio, primero a nivel nacional y luego a través de los mercados mundiales a medida que se desarrollen las economías de escala, concluyeron los panelistas.
Redacción | Antonio Vilela