Costa Rica establece línea de acción en sus regiones para adaptarse a la realidad de la crisis climática

Si bien es cierto que Costa Rica es uno de los países de América Latina que más políticas ha implementado a la lucha contra el cambio climático, aún son muchas las cuentas pendientes de la nación centroamericana, que ha registrado un incremento en las emisiones de carbono en un 76, 6% en el periodo comprendido entre 1990 y 2017, según datos suministrados por del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Con el objetivo de revertir esta situación, el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) costarricense estableció un plan de acción para el desarrollo resiliente a los impactos de la crisis climática, con el respaldo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

El programa abarca áreas fundamentales como infraestructura, turismo resiliente y producción agropecuaria sostenible, para integrar la adaptación al cambio climático en los procesos de planificación de políticas regionales.

Organización de la iniciativa

De acuerdo con el MINAE, Los planes fueron elaborados mediante un proceso facilitado por el Centro Científico Tropical, que incluyó la revisión de información sobre escenarios climáticos regionalizados existentes, instrumentos de política pública en diversos sectores clave de la economía de Costa Rica, e instrumentos de planificación a escala subnacional.

Además, se realizaron 23 talleres donde participaron más de 300 personas. Los actores asistentes fueron muy diversos, incluyendo representantes de poblaciones en condiciones de vulnerabilidad y que son particularmente afectadas por los efectos del cambio climático; entre ellos mujeres, pueblos indígenas y personas afrodescendientes.

Programa para cada territorio

Las medidas de adaptación priorizadas están formuladas según las necesidades de cada región. Por ejemplo, en Chorotega se colocó especial énfasis en las energías alternativas sostenibles, mientras que en Brunca privó la necesidad de contar con infraestructura pública, vial y turística climáticamente inteligente.

Asimismo, en la región Central, se señala la innovación empresarial y tecnológica y el fomento al emprendimiento verde y resiliente, y en la región Huetar Norte se promueve la implementación de prácticas agropecuarias adaptadas al clima y las soluciones basadas en la naturaleza.

Andrea Meza, Ministra de Ambiente y Energía de Costa Rica, destaca que la transversalización de la adaptación al cambio climático en la planificación regional les está permitiendo construir soluciones de abajo hacia arriba, a través de procesos donde las voces de múltiples actores en los territorios y de los sectores claves del desarrollo local son escuchadas.

Considera que los esfuerzos que se han sumado para la iniciativa representan una oportunidad para el cambio transformacional y el fortalecimiento de economías locales verdes y azules que sean más resilientes, justas e inclusivas.

“Buscamos con esto la integración vertical de la política climática, creando vínculos directos entre lo local, regional y lo nacional. De aquí el gran valor que tiene la culminación de este proceso, que eleva voces de cada región y da un rostro territorial al Plan Nacional de Adaptación”, Puntualizó Meza.

Este plan forma parte del compromiso establecido por Costa Rica en su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) 2020 para reducir su máximo absoluto de emisiones netas al 2030 a 9.110 Gg de CO2 en de todos los sectores.

Redacción I Jhonattan González

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