Convenio de Basilea aprueba nuevas restricciones al comercio global de residuos electrónicos
En la 15ª reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio de Basilea (BC COP15), el tema principal fue «Acuerdos globales para un planeta sano: Gestión racional de los productos químicos y los residuos«. En la ciudad suiza se acordaron enmiendas para establecer nuevas definiciones de residuos electrónicos peligrosos y no peligrosos.
Además, las enmiendas garantizarán que estas dos categorías de residuos electrónicos queden prohibidas para el comercio o, como mínimo, requieran la notificación del país exportador y el consentimiento del país importador antes de la exportación.
Mientras que la mayor parte del comercio de residuos electrónicos requerirá notificación y consentimiento, los países importadores que son parte del Convenio de Basilea no podrán recibir residuos electrónicos estadounidenses, ya que el país no es parte del Convenio. La única excepción será un acuerdo bilateral o multilateral especial que establezca un nivel de control equivalente.
Por otra parte, como la nueva lista de residuos electrónicos no peligrosos figura en el anexo II del Convenio y la Unión Europea ha incluido el anexo II en su prohibición de exportar a los países en desarrollo, dichas exportaciones de residuos quedarán prohibidas por completo.
Antes de este cambio, solo los residuos peligrosos de aparatos eléctricos y electrónicos (WEEE, por sus siglas en inglés) requerían el consentimiento informado previo. Al modificar los anexos II, VIII y IX, las partes pretenden proteger a los países vulnerables de las importaciones no deseadas, así como adoptar una «gestión ambientalmente racional de los residuos electrónicos» con nuevas tecnologías, contribuyendo a una economía circular.
Además de los beneficios para el medio ambiente y la salud, se espera que las modificaciones simplifiquen el comercio mundial de residuos electrónicos, ya que los funcionarios de aduanas y de medio ambiente de las fronteras no tendrán que realizar, en la mayoría de los casos, costosas pruebas para determinar la peligrosidad.
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Reacciones
La Red de Acción de Basilea (BAN, por sus siglas en inglés), ONG que trabaja para combatir las exportaciones de residuos electrónicos peligrosos a los países en desarrollo, descubrió inicialmente los problemas generados por el vertido mundial de residuos electrónicos en China y África en 2001 y 2005.
El trabajo de BAN fue decisivo para eximir de las enmiendas a los residuos electrónicos «preprocesados en la exportación a un concentrado seguro y no peligroso de metales y plásticos», lo que, según afirma, «protegerá el reciclaje legítimo».
La ONG afirma que esta exención permitirá reciclar un mayor número de aparatos electrónicos para convertirlos en «recursos secundarios de calidad básica», en lugar de arrojarlos a vertederos o incineradoras.
En un comunicado, BAN subraya la necesidad de acabar con la «laguna legal de los productos reparables», que actualmente promueven los fabricantes de productos electrónicos, que permite a los exportadores eludir las normas si afirman que las exportaciones van a ser reparadas y firman un contrato a tal efecto.
Las nuevas normas irán seguidas, al cabo de unos años, de un acuerdo similar para los plásticos mixtos y contaminados.
«Debido a las mortíferas emisiones que se crean cuando los residuos electrónicos se procesan térmicamente o en primitivas operaciones de decapado con ácido, el nuevo acuerdo contribuirá en gran medida a proteger el medio ambiente y la salud humana en todo el mundo»
Jim Puckett, dfirector ejecutivo de BAN
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Redacción | Antonio Vilela