¿El mundo ha superado el punto máximo de contaminación atmosférica?
Según un reporte reciente de Our World in Data, las emisiones de dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno y el monóxido de carbono, están disminuyendo y afectando en menor grado a la contaminación atmosférica.
El cambio se ha producido gracias a tecnologías más limpias, normativas más estrictas y una mayor concienciación sobre los efectos de la contaminación en la salud.
La investigación de Our World in Data revela que el punto de inflexión para muchos contaminantes se produjo a finales del siglo XX o principios del XXI. El cambio ha sido más evidente en los países más ricos, donde las normas de calidad del aire han dado lugar a importantes reducciones de las emisiones.
China, uno de los principales contribuyentes a la contaminación mundial, también ha experimentado rápidas mejoras de la calidad del aire en la última década. Sin embargo, en los países de renta más baja, los niveles de contaminación siguen siendo elevados y, en algunos casos, siguen aumentando.

Un gran hito medioambiental
Swarandeep Singh, director del Programa de Automatización de ABB, subrayó la importancia del hito en la nota publicada por James Darley en Sustainability Magazine.
«En lo que puede ser uno de los acontecimientos medioambientales más significativos de nuestro tiempo, del que no se ha informado lo suficiente, el mundo parece haber alcanzado el pico de contaminación atmosférica», afirmó.
Aunque reconoce que los problemas de calidad del aire persisten en las regiones de rápida industrialización, califica la tendencia general de «logro notable que merece la pena celebrar. Estos avances demuestran que el crecimiento económico no tiene por qué ir necesariamente en detrimento de la salud ambiental».
Según Swarandeep, el descenso de las emisiones es un testimonio de «tecnologías mejoradas, normativas más estrictas y una creciente concienciación sobre las repercusiones de la contaminación en la salud».
Por su parte, Shan Vahora, fundador de Klean, se hizo eco de estos sentimientos, señalando que este descenso pone de relieve el poder de la política y la innovación. «Los datos muestran que las emisiones de dióxido de azufre, monóxido de carbono y otros contaminantes atmosféricos importantes han disminuido en todo el mundo desde sus máximos a finales del siglo XX».
«Esto no es solo una buena noticia: es la prueba de que la cooperación internacional y la innovación tecnológica pueden resolver grandes retos medioambientales»
Shan Vahora, fundador de Klean
La excepción: aumento de emisiones de amoníaco
A pesar de las noticias positivas, hay un contaminante que sigue siendo una excepción.
El amoníaco, producido principalmente por las actividades agrícolas, sigue aumentando, lo que supone un reto importante, ya que contribuye a la mala calidad del aire y puede dañar los ecosistemas.
Lubomila Jordanova, directora general y fundadora de Plan A, describió este problema como un reto y una oportunidad. «Los fertilizantes sostenibles, la agricultura regenerativa y la agricultura de precisión podrían transformar la producción de alimentos y, al mismo tiempo, frenar las emisiones».

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Implicaciones sanitarias y económicas
La disminución de la contaminación atmosférica tiene claros beneficios. Según la Organización Mundial de la Salud, millones de personas siguen muriendo prematuramente a causa de la contaminación atmosférica cada año.
Sin embargo, a medida que disminuyan las emisiones, estas cifras podrían reducirse significativamente.
Hannah Ritchie, redactora adjunta de Our World in Data e investigadora principal de la Universidad de Oxford, subraya el impacto humano de la contaminación atmosférica. «Millones de personas mueren prematuramente por la contaminación atmosférica local, pero podemos reducir esta cifra de forma significativa».
Más allá de la salud, este cambio tiene importantes implicaciones económicas. «El pico de contaminación es una señal de mercado, no solo un hito medioambiental», afirmó Lubomila.
De cara al futuro
Aunque este descenso global es un gran paso adelante, el reto ahora es garantizar que el progreso continúe. Los altos niveles de contaminación siguen siendo preocupantes en muchas regiones, sobre todo en los países de renta baja que aún se están industrializando.
La cuestión clave es si estas naciones pueden desarrollarse sin seguir la misma trayectoria de contaminación que los países más ricos.
Ritchie señaló que la contaminación atmosférica tiende a seguir un patrón predecible conocido como Curva de Kuznets del Medio Ambiente.
La contaminación aumenta a medida que los países se industrializan, y luego disminuye, a medida que se hacen más ricos y aplican normativas más estrictas. El objetivo ahora es acortar esta curva, asegurando que las naciones avanzan hacia un crecimiento más limpio más rápidamente que las generaciones anteriores.
En palabras de Lubomila: «Si la contaminación ha tocado techo, la siguiente frontera es acelerar las transiciones limpias».
Ahora hay que centrarse en mantener este impulso, sobre todo ante el aumento de las emisiones de amoníaco y los retos más generales del cambio climático. Aunque el mundo ha dado un paso adelante crucial, la lucha por un aire más limpio dista mucho de haber terminado.