Apoyar proyectos medioambientales en Latinoamérica: Parte de la estrategia sostenible de Iberia
La estrategia de sostenibilidad de Iberia considera a América Latina como un actor fundamental, pues la aerolínea está involucrada en dos relevantes proyectos ambientales y climáticos en la región localizados en la costa caribeña de Guatemala y en Ucayali, Perú.
Ambos desempeñan un papel crucial en los esfuerzos de la compañía por promover la sustentabilidad en la región latinoamericana.
“La sostenibilidad es transversal a toda la estrategia corporativa de Iberia, y una parte fundamental de nuestros esfuerzos pasan por generar prosperidad no solo con el desarrollo de nuestras operaciones, sino también con empleo, aporte económico y poniendo nuestro granito de arena a mejorar la calidad de vida de la comunidad», afirma Teresa Parejo, directora de sostenibilidad de Iberia.
De esta manera, la participación de Iberia en estos proyectos se hace efectiva gracias a los programas de compensación de carbono que lanzó en 2022, bien sea para clientes corporativos como particulares, los cuales permiten de forma voluntaria calcular la huella de CO2 que generan con los viajes realizados en la aerolínea, aportando y apoyando en la realización de los mismos.
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Los proyectos
Ubicado en Izabal, Guatemala, tiene como enfoque principal el desarrollo de una red de zonas de ecoturismo y reservas ecológicas con la misión de preservar los bosques naturales amenazados por la deforestación, al mismo tiempo que se promueve el uso productivo de la tierra.
Además, abarca la implementación medidas de prevención contra prácticas negativas y se apoya el desarrollo de la población local buscando lograr un equilibrio entre la conservación ambiental y el progreso sostenible de la comunidad local, generando más de 700 empleos, de los cuales más del 30% están ocupados por mujeres.
Por otro lado, en Ucayali, Perú, la iniciativa Nii Kaniti tiene como objetivo mejorar los medios de vida de miles de familias, especialmente de las mujeres, a través de la gestión forestal en un área de selva tropical que abarca casi 120.000 hectáreas y donde residen siete comunidades indígenas de las etnias shipibo-conibo y catataibo.
También, intenta generar ingresos adicionales y proteger la zona de la deforestación mediante el apoyo al desarrollo de empresas locales, la implementación de prácticas adecuadas de uso de la tierra y el fortalecimiento de capacidades para la gestión de los recursos naturales, promoviendo así el desarrollo sostenible y la conservación de este valioso ecosistema.
Finalmente, el mismo genera un impacto medioambiental extremadamente positivo dado que evita alrededor de 560.000 toneladas de CO2 anuales, en simultáneo con apoyar la conservación y protección de tres especies de animales amenazadas: jaguar, guacamayo de cabeza azul y tapir.