ISO publica directrices para avanzar hacia el cero neto
ISO (Organización Internacional de Normalización por sus siglas en inglés), figura como una una federación mundial de organismos nacionales de normalización (organismos miembros de ISO) encargada de elaborar normas y estándares internacionales, industriales y comerciales a nivel mundial.
La organización publicó el «IWA 42:2022(es): Directrices para el cero neto«, un documento con una serie de procedimientos y normas a seguir con el objetivo de disminuir las emisiones de dióxido de carbono y los gases de efecto invernadero de cara al 2050, apegándose a lo establecido en el Acuerdo de París de 2015 decretado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Dicho documento se apega a los objetivos del «Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre los Compromisos de Cero Emisiones Netas de las Entidades No Estatales», creado a petición del Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), y con otros avances de la ONU, incluida la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
«Este documento ofrece principios rectores y recomendaciones para permitir un enfoque común con un alto nivel de ambición, para impulsar a las organizaciones a alcanzar el cero neto de GEI tan pronto como sea posible y a más tardar en 2050. Pretende ser una referencia común para las organizaciones de gobernanza (incluidas las iniciativas voluntarias, la adopción de normas, la política y la reglamentación nacional e internacional), y puede ayudar a las organizaciones que actúan a contribuir a lograr el cero neto global», asegura la publicación.
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Directrices de IWA 42:2022
Dentro de los términos y condiciones comunes plasmadas en IWA 42:2022 destacan los principios rectores del cero neto para todas las organizaciones, incorporación del cero neto a las estrategias y políticas; lo que significa el cero neto en diferentes niveles y para diferentes tipos de organización; establecimiento y alineación de objetivos a mediano y largo plazo basados en equidad, los últimos conocimientos científicos, evidencia, investigaciones y buenas prácticas acordadas.
Con respecto a las acciones concretas figura la reducción de las emisiones de GEI dentro de la cadena de valor; protección y restauración de la naturaleza; emisiones evitadas y otras contribuciones climáticas más allá de la cadena de valor; remociones; compensaciones; créditos; declaraciones; seguimiento, medición y uso de indicadores adecuados y coherentes; equidad, empoderamiento, reparto equitativo e impacto más amplio junto a un reporte transparente proporcionado mediante comunicación eficaz.
Finalmente, los principios establecidos por ISO han sido generalidad, alineación, urgencia, ambición, priorización, toma de decisiones basada en evidencia científica y conocimiento ancestral, enfoque basado en riesgos, credibilidad, equidad y justicia, transparencia, integridad y responsabilidad, consecución y continuación del cero neto y establecimiento de los niveles y límites del cero neto.
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