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Colombia: Ecopetrol, EPM y Postobón refuerzan su compromiso con la preservación del agua

En un contexto global donde la escasez hídrica se ha convertido en uno de los mayores desafíos para el desarrollo económico y social, Colombia enfrenta una paradoja: siendo uno de los países más ricos en recursos hídricos del mundo, con seis veces más agua disponible per cápita que el promedio mundial, diversas regiones del territorio nacional experimentan estrés hídrico creciente.

Esta realidad ha llevado al sector empresarial colombiano a asumir un rol protagónico en la protección y gestión sostenible de este recurso vital, demostrando que la conservación ambiental y la productividad industrial no son conceptos antagónicos, sino complementarios.

Ecopetrol, EPM, Postobón y otras compañías líderes han desarrollado estrategias integrales que trascienden el cumplimiento normativo para establecer nuevos estándares en gestión hídrica, según información publicada por La República.

Estos esfuerzos han sido reconocidos tanto a nivel nacional como internacional, como en el caso de Ecopetrol, que recientemente obtuvo una calificación A- en el reporte CDP Water Security, situándose entre las empresas líderes a nivel global en manejo sostenible del agua.

Este reconocimiento refleja no solo su evaluación exhaustiva de riesgos e impactos hídricos, sino también su capacidad para transformar estos desafíos en oportunidades de innovación y desarrollo sostenible.

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EPM: siete décadas de gestión hídrica integral

Empresas Públicas de Medellín (EPM) representa quizás el caso más emblemático de compromiso corporativo con la seguridad hídrica en Colombia. Su modelo de gestión, desarrollado a lo largo de 70 años, combina infraestructura de punta con conservación ecosistémica y educación comunitaria.

Según Santiago Ochoa, vicepresidente de Agua y Saneamiento de EPM, la compañía ha implementado una estrategia integral que abarca desde la protección de cuencas hasta el tratamiento avanzado de aguas residuales.

Uno de los logros más significativos de EPM ha sido la preservación continua durante siete décadas de 2.762 hectáreas en el embalse de Piedras Blancas, garantizando el suministro de agua para más de 1,4 millones de personas en el Valle de Aburrá.

Pero su acción va más allá: en 2024, la empresa superó sus metas de reforestación al restaurar 6.575 hectáreas adicionales en Colombia, alcanzando un total acumulado de 139.045 hectáreas intervenidas entre 2016 y 2024. Esta cifra no solo supera la meta prevista para 2025 (137.409 hectáreas), sino que representa un área equivalente a cerca de 200.000 canchas de fútbol.

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La innovación tecnológica también juega un papel central en la estrategia de EPM. La compañía ha implementado un sofisticado Plan de Manejo de Vertimientos que incluye plantas de tratamiento de aguas residuales y la eliminación de descargas no tratadas.

Solo en el último año, EPM circuló 3.792 millones de metros cúbicos de agua en generación de energía y 23,9 millones en agua potable, demostrando que es posible conciliar la producción energética con la conservación hídrica.

Postobón: sinergias entre producción industrial y conservación de páramos

Por su parte, Postobón ha desarrollado un modelo de gestión hídrica que combina eficiencia operativa con protección de ecosistemas estratégicos.

Martha Ruby Falla, directora de Sostenibilidad de la empresa, destaca cómo en la última década han logrado reducir en 42% el consumo de agua por litro producido, un avance significativo para una empresa del sector de bebidas, tradicionalmente intensivo en uso de agua.

Pero quizás la contribución más valiosa de Postobón sea su trabajo en la protección de 1.176 hectáreas en el páramo de Sesquilé, un ecosistema clave para la regulación hídrica de la sabana de Bogotá.

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Este proyecto no solo ha permitido conservar especies emblemáticas como el oso de anteojos y el puma, sino que ha generado importantes beneficios para las comunidades locales de Colombia a través del fortalecimiento del acueducto municipal.

La empresa ha complementado estas acciones con alianzas estratégicas, como su colaboración con el Fondo de Agua de Bogotá en el proyecto «El Corazón del Agua Somos Todos«, que busca mejorar el acceso al agua y conservar ecosistemas en Sesquilé y Tocancipá.

Además, a través del programa «Entornos sostenibles para la seguridad hídrica y la gobernanza del agua«, Postobón está fortaleciendo 40 acueductos veredales y protegiendo 550 hectáreas de ecosistemas estratégicos, beneficiando directamente a 4.600 personas.

Hacia una nueva cultura del agua en el sector empresarial

Estos casos ejemplares demuestran que es posible construir un modelo de desarrollo donde la actividad industrial no solo minimice su impacto sobre los recursos hídricos, sino que active dinámicas de regeneración y conservación.

Sin embargo, el desafío sigue siendo enorme. Según la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), se requieren inversiones por 2,8 billones de pesos anuales para cerrar las brechas en infraestructura hídrica del país.

Alejandro Martínez, investigador en gestión de recursos hídricos, destaca que «el verdadero cambio llegará cuando estas buenas prácticas dejen de ser casos excepcionales y se conviertan en el estándar mínimo para todas las empresas».

Esto implica no solo mejores tecnologías y procesos, sino una transformación cultural donde el valor del agua sea reconocido en toda la cadena de valor empresarial.

El camino recorrido por empresas como Ecopetrol, EPM y Postobón muestra que, cuando la gestión hídrica se aborda con visión estratégica y compromiso a largo plazo, los beneficios trascienden el ámbito ambiental para generar valor social, económico y reputacional.

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