Plástico

Estudio: El agua embotellada contiene hasta 100 veces más partículas de plástico de lo que se pensaba

Un nuevo estudio utilizó una novedosa técnica para analizar muestras de un litro de agua embotellada en busca de gránulos de plástico de entre 50 y 100 nanómetros de longitud, aproximadamente el ancho de un virus: Encontraron casi un cuarto de millón de estas diminutas partículas por litro, entre 10 y 100 veces más que las estimaciones publicadas anteriormente.

«Hemos abierto todo un mundo nuevo», dijo Wei Min, uno de los autores del artículo y profesor de química de la Universidad de Columbia. Hasta ahora, los científicos carecían de una forma rápida y eficaz de identificar los nanoplásticos, lo que dificultaba la investigación sobre sus efectos en la salud y el medio ambiente.

Para realizar su análisis, investigadores de las universidades de Columbia y Rutgers filtraron agua embotellada de tres marcas distintas a través de una membrana ultrafina. A continuación, iluminaron la membrana con dos láseres calibrados para reconocer los enlaces químicos que unen las partículas nanoplásticas. A continuación, solo tuvieron que contar las distintas partículas de plástico. Calcularon que una botella de un litro contiene 240.000 partículas.

Sherri Mason, profesora asociada de investigación en Penn State Erie que estudia los microplásticos pero no participó en la nueva investigación, calificó la técnica de «innovadora», según nota publicada en Grist.

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Imagen: Estudio

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Importantes implicaciones

Los investigadores fueron capaces de diferenciar entre tipos de nanoplásticos. Para su sorpresa, la mayoría de las partículas no eran de tereftalato de polietileno o PET, el material del que están hechas la mayoría de las botellas de agua. En cambio, encontraron más partículas de poliamida (un tipo de nailon) y poliestireno, lo que sugiere que los contaminantes llegan al agua embotellada como resultado del proceso de llenado y purificación.

La poliamida también constituyó la mayor parte de la contaminación por masa en dos de las marcas de agua embotellada; la tercera marca mostró un mayor nivel de PET.

Los hallazgos tienen importantes implicaciones para la salud humana, ya que los nanoplásticos son lo bastante pequeños para atravesar el tracto gastrointestinal y los pulmones. Tras entrar en el torrente sanguíneo, pueden alojarse en el corazón y el cerebro, e incluso atravesar la placenta e infiltrarse en los fetos.

Aún no está claro cómo afectan las partículas al organismo, pero a los toxicólogos les preocupa que puedan filtrar sustancias químicas o liberar patógenos que hayan recogido mientras flotaban en el ambiente. Algunas investigaciones sugieren posibles daños en el ADN y el cerebro, así como en los sistemas inmunitario, reproductor y nervioso.

Wei Min dijo que hay direcciones prometedoras para futuras investigaciones:

  • Ampliar el número de polímeros plásticos que puede identificar con la técnica del microscopio láser; en su trabajo más reciente solo se analizaron siete;
  • Buscar nanoplásticos en otros lugares, como alimentos envasados o aguas residuales de lavadoras, y mejorar la tecnología para detectar partículas aún más pequeñas.

«De 50 a 100 nanómetros es nuestro límite de detección actual, pero no es un tope difícil», señaló Wei.

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