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Brasil y Francia proponen impuesto mundial sobre la riqueza para financiar una transición justa

Los ministros de Finanzas del G20 se reunieron en Río de Janeiro a fines de la semana pasada, y Brasil y Francia propusieron a los poderosos países un impuesto mundial sobre la riqueza, que podría recaudar más de 680.000 millones de dólares al año en la lucha contra la pobreza y la crisis climática.

Ambos países han sido firmes partidarios de gravar a los supermillonarios para financiar el desarrollo internacional y la acción por el clima.

En abril, los ministros de Finanzas, Fernando Haddad (Brasil) y Bruno Le Maire (Francia) anunciaron su intención de gravar la riqueza de los multimillonarios con al menos 2% anual, lo que llevó a los ministros de Alemania, Sudáfrica y España a respaldar la propuesta.

Como actual anfitrión del G20, Brasil encargó una investigación sobre la viabilidad de este impuesto mundial sobre la riqueza, y los resultados fueron publicados por el economista francés Gabriel Zucman en junio, generando un nuevo impulso en los esfuerzos por colmar el déficit de financiación para el clima y el desarrollo.

Las conclusiones de Zucman muestran que un impuesto mundial sobre el patrimonio de los superricos, con activos superiores a 100 millones de dólares, podría aplicarse con éxito, aunque no todos los países lo adoptaran.

También es una medida popular: más de dos tercios de los ciudadanos de los 17 países del G20 apoyan que los superricos paguen impuestos más altos para financiar mejoras importantes en nuestra economía y estilo de vida.

Esto no es sorprendente. Garantizar que los multimillonarios paguen los impuestos adecuados podría aportar beneficios significativos y tangibles en la vida de las personas, y contribuir en cierta medida a abordar las injusticias y desigualdades sistémicas que se reflejan en la crisis climática y la pobreza.

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EE.UU. no cree en el acuerdo

Estados Unidos no ve la necesidad de negociar un acuerdo internacional para gravar a las grandes fortunas, dijo la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, subrayando las divisiones sobre el plan que encabeza la agenda de la reunión de ministros.

«La política fiscal es muy difícil de coordinar a nivel mundial», dijo Yellen en una conferencia de prensa en Río de Janeiro. «No vemos la necesidad ni creemos realmente que sea deseable intentar negociar un acuerdo global al respecto. Creemos que todos los países deben asegurarse de que sus sistemas fiscales son justos y progresivos».

Yellen afirmó que Washington «apoya firmemente la fiscalidad progresiva, y que se asegure de que las personas muy ricas y de altos ingresos paguen su parte justa».

Destacó las políticas propuestas por el presidente de EE.UU. Joe Biden, como un impuesto a los multimillonarios, que describió como «una iniciativa muy valiosa. Tiene sentido que la mayoría de los países adopten este enfoque de fiscalidad progresiva».

La búsqueda brasileña de un acuerdo global para gravar a los más ricos entre los ricos cuenta con el respaldo de Francia, España, Sudáfrica, Colombia y la Unión Africana.

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Foto: AFP

«Algunos individuos controlan más recursos que países enteros», dijo Lula el pasado miércoles en el lanzamiento de una iniciativa para combatir el hambre en el mundo, otro proyecto que encabeza su agenda del G20.

La desigualdad mundial ha seguido aumentando en los últimos años, según un estudio de la ONG Oxfam publicado el jueves. El 1% más rico del mundo ha ganado más de 40 billones de dólares en una década, pero su fiscalidad se sitúa en niveles «históricamente» bajos, según el estudio.

Washington no es el único escéptico

En vísperas de la reunión del G20, el Ministerio de Finanzas alemán dijo que considera «irrelevante» la idea de un impuesto mínimo sobre el patrimonio.

La reunión de ministros de Finanzas en Río se abrió con una sesión sobre la economía mundial, mientras la inflación se ralentiza en muchas partes del mundo tras un repunte alimentado por la guerra en Ucrania y otros factores.

El viernes, los ministros abordaron la financiación de la transición climática y la deuda en su última reunión antes de la cumbre del G20 de los días 18 y 19 de noviembre.

La presidencia de Brasil afirmó en un comunicado que algunos miembros del G20 consideran que crisis como los conflictos de Ucrania y Gaza «tienen un impacto en la economía mundial y deben abordarse en el G20, mientras que otros creen que el G20 no es el lugar adecuado para debatir estas cuestiones».

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