Estudio de S&P Global revela una piedra en el camino para concretar los objetivos climáticos
Un estudio realizado por S&P Global advierte sobre el impacto en los planes de sostenibilidad futura. La falta significativa de cobre podría dificultar los esfuerzos para mitigar el cambio climático, ya que el mercado podría volver a depender de los combustibles fósiles para seguir operando.
Se estima que para 2035, la demanda se eleve hasta 50 millones de toneladas de cobre, trayendo como consecuencia una subida abrupta de los precios del metal, y por ende, el abandono de combustibles fósiles se vería pausado ante esta situación.
Los proveedores tendrán que lidiar con una demanda que sobrepasará por mucho la capacidad de producción. «O la oferta aparece milagrosamente o el objetivo de la transición energética simplemente se retrasa aún más», aseguró Dan Yergin, vicepresidente de S&P Global.
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S&P Global: Datos preocupantes
Según el estudio, el escenario de la demanda de cobre cambiará dentro de 8 años debido a los factores anteriormente descritos, aunado al hecho de que las principales fuentes para obtenerlo provendrá del reciclaje y aumentos de minas ya existentes.
Así, el estudio plantea que de continuar con el acelerado ritmo actual de demanda, estaríamos ante un déficit de 10 millones de toneladas de cobre para 2035, representando solamente un 20% de lo requerido para un panorama cero emisiones netas en 2050.
También, asegura que de existir un crecimiento masivo en materia de reciclaje, tampoco serviría de mucho, dado que la escasez pasaría a rondar los 2 millones de toneladas (1,6 millones) en 2035.