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SBTi lanza nuevo estándar FINZ para instituciones financieras

La iniciativa Science Based Targets (SBTi) anunció el lanzamiento oficial del Financial Institutions Net-Zero (FINZ) Standard, un conjunto de directrices diseñado para guiar a bancos, inversionistas, aseguradoras y entidades del mercado de capitales en la formulación de metas net-zero alineadas con la ciencia climática.

Este estándar busca integrar la sostenibilidad profunda en las decisiones financieras, abordando actividades como préstamos, inversión, suscripción de seguros y transacciones en los mercados de capital.

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Origen y propósito de la iniciativa SBTi

Fundada en 2015, la SBTi ha evolucionado hasta convertirse en una referencia obligada para la fijación de metas ambientales en el sector privado.

Su enfoque se basa en traducir los hallazgos científicos sobre el cambio climático en estándares prácticos para empresas.

Entre sus funciones clave están la definición de mejores prácticas para la reducción de emisiones, el acompañamiento técnico para empresas que fijan objetivos ambientales, y la validación independiente de metas para asegurar su rigor científico.

Su primer gran hito fue el lanzamiento, en 2021, del Corporate Net-Zero Standard, marco transversal que sentó las bases para diversos sectores, hoy reforzado por esta nueva versión específica para actores financieros.

Alcance del nuevo estándar FINZ

El FINZ Standard aborda el vacío normativo existente en la descarbonización de actividades financieras.

Mientras el estándar corporativo abarca las emisiones directas (Alcance 1), indirectas por energía (Alcance 2) y buena parte de las emisiones indirectas de la cadena de valor (Alcance 3), el FINZ se enfoca en acciones típicas del sector financiero: préstamos, inversión de propietarios de activos, inversión de gestores de fondos, aseguramiento de riesgos, y actividades de mercados de capital.

Para acogerse al estándar, las instituciones deben comprometerse públicamente a lograr cero emisiones netas antes de 2050.

Además, deben identificar las actividades financieras «in-scope«, es decir, aquellas que representen más del 5% de sus ingresos, y clasificarlas por prioridad sectorial: en primer lugar, combustibles fósiles; luego sectores como transporte, industria, energía, bienes raíces y agricultura/uso del suelo (FLAG); seguidos por otros segmentos residuales.

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Evaluaciones base y política de transparencia

Una vez definidas las actividades prioritarias, las instituciones deben realizar una evaluación base por cada actividad, que incluye un inventario de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), el porcentaje de alineación con metas climáticas, y una medición de exposición relativa a energías limpias versus fósiles.

Dicha base permite definir metas específicas y realistas, e iniciar procesos de seguimiento anual, y uno de los aspectos más contundentes del nuevo marco es la exigencia de una política explícita sobre combustibles fósiles. Bajo esta política, las instituciones deberán:

  • Finalizar de inmediato el financiamiento de proyectos que impulsen la expansión fósil.
  • Eliminar el financiamiento general a empresas de carbón involucradas en expansión.
  • Prohibir, antes de 2030, el financiamiento general a empresas de petróleo y gas que continúen expandiendo sus actividades fósiles.
  • Asegurar que sus carteras energéticas estén alineadas con la transición cero neto para 2050.

Esta medida marca una ruptura definitiva con modelos financieros que sostienen industrias extractivas incompatibles con la agenda climática internacional.

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Dimensión y metas

El estándar introduce una evaluación obligatoria de deforestación, orientada a determinar la exposición de las carteras al riesgo forestal.

Para 2030, todas las instituciones deben haber publicado dicha evaluación; si el nivel es significativo, deberán presentar un plan de intervención en el siguiente ciclo quinquenal de metas.

Asimismo, se recomienda la creación de una política inmobiliaria comprometida con la sostenibilidad: se deberá poner fin al financiamiento de edificaciones que no cumplan con criterios de cero emisiones y priorizar la inversión en remodelación energética de edificios existentes.

Por otra parte, el nuevo marco ofrece alternativas metodológicas para el establecimiento de metas a corto plazo. Por ejemplo, en lugar de calcular las emisiones financiadas directamente, las instituciones pueden optar por aumentar la proporción de actividades financieras alineadas con metas climáticas, centrándose en la transformación de sus clientes.

Sin embargo, para el largo plazo, es obligatorio que cada actividad in-scope tenga una meta formal de alineación net-zero.

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Transparencia y ciclos de retroalimentación

El estándar FINZ impone la obligación de publicar reportes anuales detallados sobre diversos indicadores clave: emisiones GEI, alineación sectorial, exposición a combustibles fósiles vs energías limpias, y nivel de deforestación.

Al concluir cada ciclo quinquenal, las instituciones deben evaluar su progreso frente a las metas, comunicar sus hallazgos, y establecer nuevos objetivos si no han alcanzado la neutralidad climática.

El desarrollo del FINZ Standard inició en 2021 e incluyó dos procesos de consulta pública y pruebas piloto con más de 30 instituciones financieras.

En su presentación oficial, la SBTi confirmó que 135 instituciones ya se han comprometido a fijar metas cero neto bajo este nuevo marco sectorial, señalando una amplia disposición del sector a adoptar estándares más rigurosos.

“Con su amplitud y flexibilidad, este nuevo estándar riguroso y basado en la ciencia permitirá a las instituciones financieras impulsar la transición net-zero alrededor del mundo”

Alberto Carrillo Pineda, director técnico de la SBTi

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