Celsia, Minsait, Myzelio y South Pole: Cuatro empresas y un debate sobre el marco global de la biodiversidad, los retos y oportunidades

La crisis de biodiversidad es uno de los mayores desafíos ambientales de nuestro tiempo, donde más del 50% del PIB global depende directamente de la naturaleza y los recursos que ofrece.

La degradación ambiental amenaza la estabilidad ecológica y la económica. Frente a esto, Latam Green ha organizado el Climate & Biodiversity Virtual Summit, encuentro virtual que tuvo como objetivo profundizar éste problema, así como los vínculos entre biodiversidad y cambio climático.

Así, uno de los temas debatidos fue cómo el sector privado influye en la mitigación de impactos y en la construcción de modelos sostenibles que contribuyan a la conservación.

Retos del sector privado

La percepción de que integrar la biodiversidad en el modelo de negocio podría comprometer su rentabilidad, según piensan erróneamente muchas empresas.

Durante años, la sostenibilidad ha sido vista en muchas organizaciones como una cuestión secundaria o filantrópica, desvinculada de los objetivos principales de negocio.

«El sector privado debe cambiar esta perspectiva. Hoy en día, la sostenibilidad no es un «nice to have», sino una necesidad, que es determinante para la competitividad en mercados donde los consumidores y los reguladores exigen cada vez más responsabilidad ecológica», aseguró Carolina Montoya, responsable de sostenibilidad de Indra.

Si bien existe un creciente consenso sobre la necesidad de abordar la pérdida de biodiversidad, las regulaciones y normativas ambientales varían considerablemente según el país y la región.

Este hecho dificulta la adaptación de empresas multinacionales a estándares unificados y puede generar obstáculos logísticos y financieros.

«Las empresas deben anticiparse a un endurecimiento de las normativas y a una presión creciente de los inversionistas, quienes exigen transparencia en las prácticas relacionadas con la sostenibilidad», Miguel Chavarría, Head of Advisory, LAC en South Pole.

Oportunidades

Pese a estos desafíos, la integración de la biodiversidad presenta oportunidades estratégicas para las empresas.

La tecnología ofrece herramientas para gestionar la sostenibilidad de manera efectiva, con el potencial de la inteligencia artificial y el análisis de datos para crear soluciones que contribuyan a la conservación y restauración ambiental.

Por otro lado, la colaboración entre el sector privado y otras organizaciones es fundamental para avanzar en los objetivos de biodiversidad.

«La creación de alianzas permite a las empresas compartir conocimientos y recursos. Además, las alianzas con organizaciones no gubernamentales (ONG), universidades y entidades multilaterales facilitan el acceso a la financiación y aportan valiosas perspectivas y conocimientos en sostenibilidad», aseveró Paula Sánchez, Managing Partner en Campo Capital.

Asimismo, asegurar que los productos y servicios respeten y fortalezcan los ecosistemas es clave para crear cadenas de valor resilientes.

«Las empresas deben establecer metas basadas en la ciencia para reducir su impacto en el medioambiente. Las prácticas de sostenibilidad, tales como la elección de materiales sostenibles, la reducción de desechos y el uso responsable de recursos, refuerzan la resiliencia de las empresas ante posibles crisis ambientales y garantizan su viabilidad a largo plazo», mencionó Carolina García, cofundadora de Myzelio.

Transformación cultural

Un cambio de paradigma es necesario para que el sector privado adopte la sostenibilidad como el núcleo de su estrategia.

En palabras de Óscar Mauricio Gómez, líder de Asuntos de ASG en Celsia, «la conservación de la biodiversidad debe pasar de un enfoque museístico a uno de servicio ecosistémico, donde la biodiversidad se entiende no solo como un recurso a proteger, sino también como un activo que ofrece múltiples beneficios a las empresas y a la sociedad».

Asimismo, al adoptar prácticas de sostenibilidad y realizar reportes transparentes sobre su desempeño ambiental, las empresas pueden generar valor agregado para sus accionistas, clientes y comunidades.

Finalmente, el marco global de biodiversidad ofrece una estructura para que las empresas puedan contribuir de manera efectiva a la conservación de los ecosistemas, donde los desafíos son evidentes, pero también existen grandes oportunidades para el sector privado con capacidad de ser un motor de cambio.

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