BP estudia convertir refinería en centro de hidrógeno renovable
Un estudio de viabilidad realizado por BP y Macquarie Capital con apoyo del gobierno de Australia, tiene en la mira a la que fue la mayor refinería de petróleo de ese país, que está siendo considerada como un centro de hidrógeno renovable que contaría con un electrolizador a gran escala.
Esta semana, BP indicó que estaba realizando el estudio sobre la producción de hidrógeno ecológico en la recientemente cerrada refinería de Kwinana, a 30 km al sur de Perth, para añadirlo a los planes ya en marcha de producción de combustible sostenible para la aviación y diésel renovable en las instalaciones.
El proyecto se llevará a cabo en colaboración con Macquarie Capital y con el respaldo del gobierno de Australia Occidental. Además, tendrá en cuenta la posición de BP en la zona de Kwinana, el mayor grupo industrial del estado.
Se espera que el plan concluya en la primera mitad de 2022, estableciendo la demanda industrial nacional y las posibles asociaciones para respaldar la construcción de un electrolizador de hidrógeno verde a gran escala en la zona.
Producción y suministro
La empresa de origen británico dijo a RenewEconomy que los planes centraban más en la producción y suministro de hidrógeno renovable para el mercado nacional, atendiendo a los sectores australianos más difíciles de abastecer, como la industria pesada, la minería y el transporte.
«Durante más de 65 años, la planta ha desempeñado un papel fundamental en Kwinana, que cuenta con una amplia gama de industrias que producen grandes emisiones, como refinerías de minerales, centrales eléctricas, plantas químicas y fábricas de cemento», dijo el presidente de BP Australia, Frédéric Baudry.
«BP cuenta con un sólido historial como proveedor de energía a la zona industrial y dispone de terrenos de fácil acceso, infraestructuras existentes que incluyen instalaciones de almacenamiento y distribución, y un equipo con amplia capacidad y experiencia operativa».
Frédéric Baudry, presidente de bp Australia
En cuanto a los planes de fabricar combustibles sostenibles y renovables para la aviación y el transporte, BP aclaró que serán biocombustibles de segunda generación, que usan biomasas orgánicas y «químicamente idénticos» al gasóleo de petróleo, pero con 80% menos de emisiones.
El cierre de la refinería de Kwinana fue anunciado por BP en octubre del año pasado y la instalación dejó de producir crudo en marzo. En ella trabajaban unas 650 personas, 400 permanentes y 250 contratistas.
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Más allá del hidrógeno verde
A principios de este mes, la compañía recibió el visto bueno técnico para otro proyecto masivo de hidrógeno y amoníaco ecológico en Australia Occidental que requeriría más de cuatro gigavatios de capacidad eólica y solar.
La empresa había identificado la zona de Geraldton, al norte de Perth, como una de sus principales áreas objetivo para el hidrógeno renovable, gracias a sus vastos recursos eólicos y solares, así como su fácil acceso a tierras y puertos.
El estudio de viabilidad, realizado por GHD y cofinanciado por la Agencia Australiana de Energías Renovables, contemplaba un proyecto de demostración inicial de 34,5 MW con vistas a ampliarlo a una instalación de electrolizadores de 2.000 MW, que requeriría al menos 2 GW de energía eólica y solar para su suministro.
Con información de BP y RenewEconomy
Redacción | Antonio Vilela